Con el avance de la pandemia, la mascarilla comienza a parecernos un complemento totalmente normal que nunca falta en nuestros bolsos, mochilas, etc. Nos hemos acostumbrado a este elemento de protección facial, que seguirá con nosotros por un periodo largo, y debemos llevarla obligatoriamente tanto en los espacios públicos cerrados como al aire libre.

Pero hay quien duda de la efectividad de estos protectores contra la COVID-19 ya que los hay de diferentes materiales, formas, etc.

Efectivamente, no todas las mascarillas ofrecen la misma protección frente al coronavirus, de ahí que los médicos y expertos recomienden las que son mejores y, por el contrario, den su opinión sobre las que consideran que no harán el mismo efecto frente a la enfermedad.

Por todo ello, investigadores de la Organización de Investigación Espacial de la India y del Instituto Sri Jayadeva de Ciencias e Investigaciones Cardiovasculares, han desarrollado un estudio en el que han analizado la eficacia de distintos tipos de mascarilla para resolver así algunas de las dudas que se plantean los individuos sobre la capacidad de protección de las mismas.

Nueve escenarios diferentes

Para llevar a cabo esta investigación, Padmanabha Prasanna Simha y Prasanna Simha Mohan Rao visualizaron experimentalmente los campos de flujo de la tos en varios escenarios comunes con la boca cubierta y sin cubrir y en ellos controlaron la velocidad y propagación de las gotas expulsadas.

A través de las toses de cinco personas voluntarias, se analizaron nueve escenarios diferentes: sin mascarilla, con mascarilla quirúrgica desechable, con mascarilla N95, con una sola mano, con dos manos ahuecadas, con un pañuelo doblado, con la máscara quirúrgica y la mano, con el codo sin manga y con el codo con manga.

La mascarilla N95, la más eficaz

La principal aportación de este estudio, cuyos resultados han sido publicados en revista 'Physics of Fluids’, es que las mascarillas del tipo N95 son las más efectivas para reducir la propagación horizontal de la tos ya que reducen la velocidad inicial de la tos hasta en un factor de 10 y limitan su propagación entre 0,1 y 0,25 metros.

Por el contrario, una tos sin mascarilla puede viajar hasta 3 metros, pero incluso una simple mascarilla desechable puede reducirlo hasta 0,5 metros: "Incluso si una máscara no filtra todas las partículas, sí podemos evitar que las nubes de tales partículas viajen muy lejos, es mejor que no hacer nada. En situaciones en las que no se dispone de máscaras sofisticadas, cualquier mascarilla es mejor que ninguna para el público en general para frenar la propagación de la infección”, explican los investigadores.

¿Qué ocurre al toser al codo si llevo mascarilla?

Según este estudio, toser al codo aún llevando mascarilla podría ser perjudicial para las personas que nos rodean ya que, en función de lo que observaron Simha y Rao, este movimiento sería eficaz solo si el brazo está cubierto por una manga, ya que el brazo desnudo no podría formar el sello adecuado contra la nariz necesario para obstruir el flujo de aire. Es decir, la tos puede filtrarse a través de cualquier abertura y propagarse en muchas direcciones.

Esto resulta contradictorio con el acto de taparse la boca con las manos al toser, ya sea con una mano o con ambas. En el primer caso, el flujo se escapa por la parte superior de las vías respiratorias y por los espacios abiertos de la mano. Si nos tapamos la boca con las dos, las gotas se escapan entre los dedos y el hueco que queda entre las dos manos, por lo que esto sería menos eficaz que taparse la boca con una sola mano.

Aún con todo esto, Simha y Rao recuerdan que las mascarillas no son infalibles y advierten de seguir obedeciendo a la medida de la distancia de seguridad para evitar así estar en contacto co las partículas de individuos que puedan toser a nuestro lado.