Con el avance de la pandemia del coronavirus son multitud las especulaciones que hay en torno a cómo se transmite el virus o cómo se puede contagiar una persona. Lo cierto es que no hay muchas evidencias sobre este tema ya que con el paso del tiempo empiezan a aparecer nuevos estudios o nuevas formas de transmisión.

Esto es lo que ocurrió con la posibilidad de que el virus podía transmitirse por el aire. En un primer momento, los expertos aclararon que la COVID-19 solo podía ser contagiada a través de las partículas que se expulsaban de la nariz o la boca, es decir, de las gotas que se expulsan mientras hablamos, estornudamos, tosemos…

Pero después, tras varios estudios en laboratorios, como el realizado con hurones, la opinión de los científicos, en este caso de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cambió tras meses y meses negando que el coronavirus se transfería por el aire. En definitiva, ni los propios expertos tienen claro todavía por cuántas vías puede transmitirse la infección.

Es una evidencia que el virus pueda estar en el aire, ya que las partículas que expulsamos pueden quedarse en él. La posibilidad de contagiarse mediante los aerosoles sería menor a la de un contagio normal a través del contacto con las gotas, ya que estos son más pequeños y contendrían menos virus que las gotas, aunque el ser de menor tamaño haría que su permanencia en el aire sea mayor.

Es más, según una carta publicada en la revista médica The New England Journal of Medicine, el nuevo coronavirus podría permanecer hasta 3 horas en el aire aunque, de momento, esto no ha sido confirmado por la OMS.

Esto quiere decir que, cuando una persona fuma y echa el humo a través de su nariz y su boca, las partículas que arroja como gotas de saliva, pueden permanecer en el aire, y de igual modo, al expulsar esas gotas con el humo, pueden suponer un contagio por contacto de persona a persona si no se mantiene la distancia de seguridad, algo que no es muy difícil.

En cuanto a las gotas expulsadas, en función de si el individuo tiene el virus o no, el nivel de infección en el que se encuentre, y el tamaño de la gota, la carga vírica será mayor o menor. Es decir, si las gotas son de un mayor tamaño, la posibilidad de contagio aumentará al expulsar las partículas de su organismo. Esto ocurre tanto al expulsar el humo del cigarro como al hablar, toser, cantar, etc. Al final, las partículas no dejan de pasar por el aire antes de llegar a la otra persona.

Con todo esto, y aunque no haya una confirmación oficial por parte de la OMS, podemos decir que es evidente que la COVID-19 pueda transmitirse a través del humo del tabaco.

Prohibición a los fumadores en Galicia

Ante esta evidencia, en Galicia ya se han tomado medidas y fue ayer cuando el presidente de la Comunidad Autónoma, Alberto Nuñez Feijoó, prohibió fumar en la calle y en los lugares públicos si no se respeta la distancia de seguridad al considerar el comité clínico de expertos en materia de prevención de la COVID-19 que el humo del tabaco es un factor de difusión del virus.

Del mismo modo, un estudio del Centro de Investigación y Educación para el Control del Tabaquismo de la Universidad de California, ya estableció hacia el mes de marzo que el humo del tabaco podía transportar el virus si el fumador tiene la infección en sus pulmones.

Piden aplicar la prohibición en toda España

Tras la decisión de Feijoó, la asociación Nofumadores.org ha pedido que esta medida se extienda a todo el país. Así lo ha declarado su presidenta Raquel Fernández Megina alegando que "es una medida que debería adoptarse ya en toda España, al menos durante la pandemia, y que nos ofrecería la protección legal para defendernos del humo".

La asociación ha recogido ya unas 81.000 firmas a través de internet para que esta prohibición sea oficial en toda España y se acabe con el humo en las terrazas de hostelería.

Distancia de seguridad

Es cierto que en Galicia se permite fumar si se respeta la distancia de seguridad, pero el humo puede expandirse en el aire y por lo tanto romper esa distancia de prevención de un metro, por lo que fumar si se considera que se respeta ese espacio también podría suponer una forma de contagio, ya que el humo no va a guardar ninguna distancia sobre el aire.

De este modo, Fernández Megina recuerda que los expertos reclaman que la distancia social frente a un fumador debe ser de hasta 10 metros, lo cual es algo imposible de cumplir en las terrazas de hostelería, y que un fumador tiene más del doble de posibilidades de un agravamiento del SARS-CoV2.