La Guardia Civil incauta 300.000 mascarillas caducadas y detiene a 14 personas
También se ha encontrado una gran cantidad de instrumental vencido como guantes, medicamentos, jeringuillas, equipos de oxigenoterapia o botellas de drenaje.

La 'Operación Face Mask', llevada a cabo por la Guardia Civil, ha tenido como resultado la incautación de más de 300.000 mascarillas que llevaban caducadas desde noviembre de 2014 y la detención de 14 personas. El 'modus operandi' de esta red se basaba en cambiar los envases originales de estos EPI donde se indicaba la fecha de caducidad.
Posteriormente, las introducían en bolsas transparentes donde no constaba ninguna fecha y después, las metían en cajas más grandes, donde ya no ponía ni la fecha de fabricación ni de caducidad.
Otros materiales incautados
Además, también se ha encontrado una gran cantidad de instrumental vencido, como guantes, medicamentos, jeringuillas, equipos de oxigenoterapia o botellas de drenaje. En los registros, realizados en Valencia, Zaragoza, y Guipúzcoa, se han requisado 64.525 euros y se han bloqueado 33 cuentas bancarias (en 16 de ellas se han bloqueado 80.000 euros).
La Dtora. General @Maria2Gamez presenta la Op "Face Mask" de incautación de más de 300.000 mascarillas caducadas desde 2014
— Guardia Civil 🇪🇸 (@guardiacivil) July 15, 2020
“Esta investigación adquiere más relevancia por producirse en un momento de gran demanda de material sanitario dónde existía dificultad para su adquisición” pic.twitter.com/CEHGHnAXmZ
Múltiples cargos
María Gámez, directora de la Benemérita, ha confirmado que a los detenidos se les imputan delitos contra la salud pública, blanqueo de capitales, estafa, falsedad documental y pertenencia a organización criminal.
Gámez también ha destacado la envergadura de esta operación: "Esta investigación adquiere aún más relevancia por haberse producido en un momento de gran demanda de material sanitario y donde existía dificultad para su adquisición".
Se hacían pasar por comisionistas
Una vez que los detenidos tenían el material sanitario en las naves localizadas en diferentes puntos de Valencia, era distribuido por varias localidades de España. Para ello, se hacían pasar por comisionistas y así vendían los productos. Unas veces aportaban certificados no válidos de otros países y en otras ocasiones licencias que no correspondían o falsificadas.
No distribuían a farmacias
Para no levantar demasiadas sospechas, preferían distribuir las mascarillas a empresas para que las utilizaran sus empleados. Además, evitaban repartirlas en farmacias, dado que existe un mayor control, tanto del envasado como de la documentación acreditativa del producto que se ponía a la venta al público.
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