Deporte y Vida

EJERCICIO FÍSICO

Conocer más de la muerte súbita: la investigación del doctor Valentín Fuster

Las investigaciones han demostrado que el ejercicio físico vigoroso se asocia a una "descompactación" del corazón, que adopta una morfología esponjosa, evitando múltiples problemas.

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La práctica de ejercicio, intenso o moderado, es una de las recomendaciones de salud aceptadas por todos los expertos. Sin embargo, el entrenamiento de alta intensidad puede desencadenar una serie de cambios fisiológicos en el organismo, incluyendo el corazón.

Los deportistas presentan una adaptación de su corazón al entrenamiento que, entre otros fenómenos, puede incluir un aumento de las trabéculas en su interior ("hipertrabeculación"), que es benigna pero que puede confundirse con una patología genética hereditaria, la miocardiopatía no compactada, que puede causar muerte súbita.

Conocer más de la muerte súbita: la investigación de Valentín Fuster

"Resulta crítico poder distinguir este acomodo benigno al ejercicio de la miocardiopatía no compactada, una enfermedad del corazón de componente genético que puede asociarse a síntomas graves como insuficiencia cardíaca, trombo-embolias, arritmias y muerte súbita", destaca el jefe del Departamento de Investigación Clínica de CNIC, cardiólogo del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz y líder de este trabajo, Borja Ibáñez.

Jóvenes deportistas que no conocen el problema

El problema es que esta enfermedad se identifica, en muchos casos, en personas jóvenes asintomáticas antes de que aparezcan síntomas y, en esos casos, "una de las recomendaciones es interrumpir inmediatamente la actividad física ya que puede causar la muerte súbita", apunta este cardiólogo del CNIC. Sin embargo, la presencia de trabéculas no siempre va ligada a la miocardiopatía no compactada; así, asegura el doctor Ibáñez, "se ha observado que, ante diferentes condiciones fisiológicas, como el entrenamiento de alta intensidad o el embarazo, puede observarse un cambio en la morfología del corazón que es similar en estructura a la de la miocardiopatía no compactada".

El beneficio de la actividad física para el corazón

La actividad física se evaluó de forma objetiva mediante el uso de acelerómetros, dispositivos que miden los cambios en la velocidad del movimiento en varios ejes del cuerpo y que los participantes llevaron durante 1 semana en cada visita de seguimiento trianual del estudio. "Esta tecnología nos permite clasificar la actividad física que realiza un individuo en situación sedentaria, de ejercicio leve, moderado o vigoroso y saber cuántos minutos dedica a la semana a cada tipo de actividad", apunta el cardiólogo José de la Chica.

Un mal diagnóstico puede dejarte sin ejercicio

El trabajo concluye que los criterios de resonancia magnética para diagnosticar la miocardiopatía no compactada no deberían ser evaluados de forma aislada sino puestos en el contexto de otros parámetros clínicos, pruebas genéticas y el nivel de ejercicio físico, incluso en una población no atlética para evitar los falsos diagnósticos de esta enfermedad maligna. Un diagnóstico equivocado podría conllevar que la persona tenga que dejar de realizar ejercicio con las consecuencias deletéreas físicas y psicológicas que ello conlleva.