Mientras muchos amantes del gimnasio y el fitness se tienen que mantener en forma con una dieta estricta que muchas veces no se sale del arroz, el pollo y el brócoli, hemos encontrado a una persona que hace una sola y monstruosa comida al día de 4.000 calorías, mientras que la ingesta diaria recomendada se sitúa en torno a las 2.000-2.500 calorías.

Blake Horton practica fitness, calistenia y muchos otros deportes, y posee un físico envidiable. Casi todos los días sube a Instagram su increíble comida diaria, en una mezcla de ayuno intermitente de 24 horas y dieta flexible (IIFYM), y también aconseja a otras personas a través de su canal de youtube. Se sale completamente de las normas y las costumbres de muchos otros atletas, pero la realidad es que le funciona.

Lo más sorprendente de todo es que sus platos están llenos de lo que podríamos calificar como comida basura: desde pizzas y perritos calientes pasando por hamburguesas y galletas. “Los adultos olvidan divertirse con la comida, yo me siento como un niño entre grandes cajas de comida que puede hacer lo que quiera”, dice.

Según explica, nunca tiene hambre a pesar de que el momento de ingerir sus nutrientes llega por la noche: "Pienso que el cuerpo está hecho para digerir los alimentos mientras duermes. Los animales lo hacen y los humanos lo hacían al principio de los tiempos, cuando eran cazadores-recolectores".

El ayuno intermitente

Existen distintos tipos de ayuno intermitente, aunque el más popular es el 16/8, que consiste en realizar el ayuno durante 16 horas para comer todos nuestros requerimientos en 8. Es decir, si la última comida la realizamos a las 21:00 horas del día anterior, no podríamos comer de nuevo hasta las 13:00 horas. También existen otros protocolos, como el de ayunar las 24 horas del día (muy complicado, a nuestro parecer, que es el que hace Blake Horton), o el ayuno 5:2, donde ingerimos la mayoría de las calorías que necesitamos durante cinco días, y los otros dos las rebajamos drásticamente hasta 600 u 800.

Al contrario de lo que podamos pensar, referente a la ralentización del metabolismo, éste se vería beneficiado por el ayuno intermitente, como se comprobó en un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, que concluyó que el gasto energético en reposo es mayor gracias al ayuno, acompañada de un aumento de la norepinefrina plasmática.