Roglic saca matrícula en el test de pavés previo al Tour de Francia
El esloveno supera con nota el ensayo previo al Tour en el GP Denais, donde fue atrapado junto a otros cuatro corredores a 1 km de meta. Triunfo de Walscheid.
¡Vaya quinta etapa del Tour de Francia nos espera! Fue sólo un aperitivo, pero la 63ª edición del GP de Denais confirmó una cosa: Primoz Roglic tiene capacidad para estar a la altura de los especialistas del pavés en dicha etapa de la Grande Boucle. Es difícil de creer que un vueltómano de 1,77 m y 65 kg, con apenas experiencia en este tipo de escenarios, rodase por los adoquines de la carrera francesa, cuya composición será muy similar a lo que veremos en el Tour el próximo 6 de julio, con la soltura y desparpajo que tuvo Roglic. Incluso, cuando no dispuso de sus compañeros fue capaz de seguir un ataque en bloque del conjunto Ineos que por momentos hizo soñar al esloveno con la victoria. Ese honor, después de que él y los otros cuatro fugados fuesen cazados a 1 km de meta, le correspondió al alemán Max Walscheid (Cofidis), que en un selecto esprint impuso su punta de velocidad para poner fin a una sequía de dos años sin triunfos.
La fuga se consolidó temprano, con la gran sorpresa se ver a Niki Terpstra, todo un ganador de Tour de Flandes que para hoy se postulaba como uno de los favoritos a la victoria, entre los cinco aventureros del día: De Tier, Vermeulen, Fretin, Paillot y el mencionado corredor neerlandés del TotalEnergies. Después de una primera mitad de recorrido llana, característica semejante a la París-Roubaix, la ventaja de este quinteto se estabilizó en torno a los dos minutos. El plato fuerte estaba por llegar: seis tramos de pavés (que se debían completar en dos vueltas) repartidos en los últimos 90 km. Aroma a épica batalla.
El terreno, muy roto tanto en los adoquines como en los tramos de asfalto de aproximación, y la humedad en el ambiente dejaron un reguero de en caídas, por lo que el grupo principal no tardó en reducirse a unas 40 unidades. Gracias al respaldo de sus compañeros, Roglic estuvo bien situado en posiciones delanteras y demostró manejarse con gran soltura. Su compañero Vingegaard y Daniel Martínez, que también acudieron a esta cita con la intención de mejorar su preparación previa a la quinta etapa del Tour, hicieron lo propio. Terpstra puso toda la carne en el asador en el pavés, demostrando que tenía una marcha más que el resto de fugados, pero no le sirvió para sobrevivir ante un pelotón desatado que le cazó a 33 km de meta. Lo mejor estaba por llegar...
Tras el reagrupamiento llegó el latigazo de Ineos, que destrozó el grupo de elegidos. Roglic vio el órdago y no dudó en seguir la estela de los tres corredores del conjunto británico, donde no pudo estar Daniel Martínez (terminó el 28º, con el tiempo del ganador) en el momento decisivo. Sheffield y Turner abrieron hueco y se sacrificaron pensando en la punta de velocidad de Narváez, mientras que por detrás le cayó toda la tostada de la persecución al Intermarché. El pulso entre ambos grupos fue de máxima emoción y casi hasta el final dio la sensación de que el de cabeza tenía la mano ganadora. Justo en la pancarta del último kilómetro claudicaron por falta de fuerzas (Roglic se dejó ir tras el trabajo bien hecho y acabó el 36º) y Walscheid confirmó su buen estado de forma (venía de ser 2° en Nokere Koerse) con un gran esprint. En definitiva, un carrerón con el que se nos hace la boca agua pensando en la etapa del Tour, esa en la que Roglic apunta alto (por si fuera poco, con la ayuda de Van Aert) tras haberse doctorado hoy. Sus rivales directos ya habrán tomado nota...