Ni en el Giro de Italia, ni en el Tour de Francia, ni en La Vuelta que terminó este domingo en Santiago. Los ciclistas españoles no lograron ningún triunfo de etapa en las tres grandes de la temporada por primera vez en la historia. La ronda nacional era la esperanza para una sequía que destapa una situación delicada, con el segundo puesto de Enric Mas en el podio (único español en el cajón de las pruebas de tres semanas en 2021) como único consuelo. En la carrera de casa, sólo en una ocasión ningún corredor de España levantó los brazos: en 1996.

Datos preocupantes, sobre todo porque de las 34 victorias alcanzadas en el resto del calendario, sólo cuatro llegaron en la categoría World Tour. Eso tampoco ilusiona. Lo que hace es producir nostalgia de otros tiempos, como los de esa generación que explotó en el nuevo siglo liderada por Contador, un Valverde aún en activo, Óscar Freire o Purito Rodríguez. El catalán, por ejemplo, no es pesimista, pero reconoce que por entonces había un grupo de corredores más rematadores: “Y en las grandes era complicado que cada uno no ganara una jornada, y al final había un botín nacional de cuatro o cinco etapas”.

“Ahora creo que se valora más lo que se conseguía. En un momento como este se ve lo difícil que resultaba”, opina uno de los hombres con mejor palmarés en España, Óscar Freire. Para el exvelocista y clasicómano cántabro, el problema es que quizá el modelo de ciclista nacional ha cambiado. “Ahora quizá no hay corredores tan ganadores, pero quién sabe si dentro de cuatro años sí los tenemos”, dice Freire.

“Hay que valorar, por ejemplo, que a Enric Mas sólo le ha batido Roglic en esta Vuelta”, añade Purito, que también cree que en muchos casos “sólo ha faltado rematar”, porque la combatividad de los ciclistas españoles “no se puede poner en duda”. Aparte, deposita su esperanza en los jóvenes: “Y ahora llega esa generación de Juan Ayuso, Carlos Rodríguez o Arrieta, que también me parece que hay que fijarse en él... que tiene que cambiar este punto de vista”. Una mirada optimista sobre el futuro en un año en el que la teórica falta de relevo ya se puede apoyar con apuntes estadísticos evidentes.