Langarica se defiende con una mano
En la Vuelta a España de 1948, el Titán de Ochandiano rompió el manillar en un descenso adoquinado y sufrió una terrible caída que le hizo meditar la retirada.
La Vuelta a España de 1948 también tuvo jornada de descanso en La Coruña. Según cuentan las crónicas de la época, los ciclistas del Sans aprovecharon para pasear por el puerto; los del Galindo optaron por relajarse en la playa de Santa Cristina, y los belgas se dieron un buen festín de centollos. Aquel año, realmente, no había muchos belgas ni mucha participación internacional, porque la carrera coincidía con el Tour de Francia, que ese mismo día inauguró su competición con la victoria inicial de Gino Bartali en Trouville sur Mer.
Sin extranjeros de postín, la carrera la animaron los españoles. El Galindo contra el Sans. El bravo Dalmacio Langarica, vencedor en 1946, contra el emergente alicantino Bernardo Ruiz, de 23 años. El vasco dominaba en el ecuador de la carrera en San Sebastián, pero una serie de averías en las etapas consecutivas de Bilbao y Santander auparon a Ruiz a la primera posición, con su compañero Emilio Rodríguez en la segunda.
Aquel día de reposo gallego, Langarica anunció batalla a falta de cuatro jornadas, pero la suerte siguió de espalda. El 1 de julio se disputaba una doble etapa Coruña-Vigo-Orense, con dos metas y el cómputo de ambas para establecer al ganador. A una treintena de kilómetros de tomar la primera salida, a la altura de Órdenes, el Titán de Ochandiano rompió el manillar en un descenso adoquinado y sufrió una terrible caída. Ruiz y Rodríguez aprovecharon la ocasión para meterle 13:40 minutos en la llegada de Vigo, donde el árbitro decretó dos horas y media para comer, antes de retomar el camino.
Langarica, conmocionado y con heridas en el costado y el brazo izquierdos, meditó la retirada, pero no era una ciclista fácil de tumbar. En la segunda media-etapa anduvo muchos kilómetros sosteniendo el manillar con una sola mano. Los primeros movimientos, en las cercanías de Orense, le relegaron al segundo grupo, pero en un ataque de casta arrancó desde atrás, enlazó con los destacados y se puso a liderar la carrera. El triunfo en ambas metas, y en consecuencia en la suma, se lo llevó el mallorquín Miguel Gual. El vizcaíno cedió 14:38 minutos, lo que le bajó del podio en favor de Bernardo Capó. Ya no lo recuperó, pero dejó el sello de su bravura.