VUELTA A ESPAÑA

Guerrero Carapaz

El ecuatoriano del Ineos fue a por todas en la tierra a la que llegó en 2016 con el objetivo de ser una estrella ciclista. Está en la lucha por la general.

Lekunberri
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Guerrero Carapaz
JESUS RUBIO DIARIO AS

Nada más bajar ayer del bus del Ineos, Richard Carapaz se encontró una bandera de Ecuador en la lejanía, donde un puñado de aficionados le dedicaban aplausos en la salida de Pamplona. El ecuatoriano, una de las grandes estrellas del pelotón, regresaba a la ciudad a la que llegó en 2016 para correr en el equipo Lizarte "casi con una mano delante y otra detrás, pero con una determinación abrumadora", cuenta para AS Juanjo Oroz, artífice de la llegada del ciclista a Europa. Quizá con esa motivación, el ecuatoriano fue uno de los protagonistas en San Miguel de Aralar: atacó desde abajo, en la cima, bajando...

"Me encuentro muy bien, he preparado bien está Vuelta y sé que esta primera semana es clave", asegura el, ahora sí, líder del Ineos. En un año en el que el equipo británico le colocó como apoyo de Bernal en el Tour y no le permitió defender su título en el Giro, Carapaz no sólo acabó dando la cara en Francia, sino que se concentró en Andorra con un objetivo: ganar esta Vuelta y darle a la formación británica otra grande. "Esta Vuelta es muy importante para el equipo y hemos venido con un ocho fuerte, incluido Sosa para la montaña y la experiencia de Froome", analiza.

Un ciclista cuyos logros los ha conseguido al ataque, una seña de identidad que ya trajo de Ecuador. "Él rechazó ofertas de dinero en Colombia para venir a Europa, porque quería ser un ciclista importante. Y se ha pulido aquí, en el Lizarte y luego en el Movistar. Cuando llegó nos dimos cuenta de que era una fuerza de la naturaleza, siempre estaba al ataque, en la fuga, tirando a por los escapados… Nos aportó mucho. Nos demostró cómo una persona sin muchos recursos lo daba todo por su sueño. Y todavía ahora se acuerda siempre de nosotros y tiene gestos con los trabajadores del Lizarte", valora Oroz, ahora inmerso en el proyecto del Kern Pharma con el que la estructura navarra ha dado el salto a profesionales para intentar que esos talentos (Marc Soler también estuvo en sus filas) no se tengan que ir tan rápido.

Siempre correcto y cercano en el trato personal, Carapaz fue el que abrió la puerta a que su país sea una de las naciones de moda en el panorama internacional a pesar de que sólo son cinco ciclistas en las dos máximas categorías del ciclismo. "Es un orgullo representar a Ecuador, pero están cerrando escuelas y si no se cuida, no habrá relevo", explica con preocupación y responsabilidad. Sabe lo que cuesta llegar a Europa y lograr cumplir un sueño tan ambicioso. Hace falta ayuda y, sobre todo, luchar como un guerrero.