'Moto-Man': el proveedor de Armstrong en el Tour de 1999
El misterioso motorista francés estuvo implicado en el sistema de dopaje del US Postal. Suministraba EPO a los corredores clandestinamente.
El equipo US Postal, con Lance Armstrong como director de orquesta, dirigió el programa de dopaje más sofisticado en la historia del ciclismo. ¿Resultado? Siete Tours de Francia consecutivos que llevaron la firma del corredor texano, una trampa histórica y sin precedentes cuyos entresijos ha desvelado en última instancia la cadena ESPN a través de los testimonios de Lance en el documental '30x30'.
Toda esta historia tuvo su origen en 1999, año en el que Armstrong regresaba a la ronda gala tras superar un cáncer testicular que le mantuvo apartado del ciclismo varias temporadas. Para el apoteósico regreso, tanto él como su equipo tenían elaborado un minucioso plan de dopaje con el que jamás serían detectados en la carrera, y buena parte de ello fue gracias a la figura de Moto-Man. ¿Pero quién era Moto-Man? El trabajo clandestino de este misterioso motorista francés, cuya identidad nunca ha sido revelada, proporcionó a Armstrong y al resto de corredores dirigidos por Johan Bruyneel las sustancias dopantes necesarias para dominar aquel Tour de forma aplastante.
Más allá del actual documental de ESPN, otros como el de El mayor fraude del ciclismo de National Geographic han revelado los métodos de actuación de Moto-Man para beneficio de Lance y sus compañeros. Cuando era avisado a través de su teléfono móvil, este ayudante personal de Armstrong ponía en marcha su motocicleta (alejado de la localidad por donde transitase la etapa) para transportar una mochila que contenía termos de EPO, una sustancia dopante en ciclismo cuya función es aumentar la concentración de glóbulos rojos en sangre, disminuyendo enormemente el cansancio y potenciando el rendimiento.
Tal y como relataron excompañeros de Lance, como su compatriota Tyler Hamilton, Moto-Man se infiltraba en una zona repleta de aficionados para no levantar sospechas y accedía al trailer del US Postal. Una vez dentro colocaba las jeringuillas llenas de EPO que contenían los termos en el interior de las zapatillas de los corredores, para que sólo tuvieran que inyectárselas al término de cada etapa. Tras eso, éstos introducían las jeringuillas usadas en latas de refresco vacías y se deshacían de las pruebas sin dejar rastro, todo un proceso que resultó indetectable durante el Tour de 1999 y que condujo a Armstrong al escalón más alto en los Campos Elíseos. En los años posteriores se sofisticó el sistema, llegaron las transfusiones de sangre y toda una serie de trampas que Armstrong ha decidido revelar en los últimos tiempos. Quién sabe si para redimir las acciones de un tramposo que en su día fue considerado leyenda.