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LA RUTA DE LA VUELTA

Miguel Indurain, apajarado en Tineo: "Estoy que ni veo"

En la tercera etapa de la Vuelta a los Valles Mineros 1993, Indurain sufrió una de sus mayores pájaras de su carrera. Antes había ganado dos etapas.

Miguel Indurain, apajarado en Tineo: "Estoy que ni veo"
Getty Images

"Cuando me dijo De Santos que Miguel pedía comida urgentemente, me temí lo peor. Luego me acerqué y me soltó: 'Estoy que ni veo", explicó Eusebio Unzué, entonces segundo director del Banesto, tras la tercera etapa de la Vuelta a los Valles Mineros 1993, después de que Indurain acabara de sufrir una de las mayores pájaras de su carrera.

El desfallecimiento fue totalmente inesperado, porque Miguel Indurain se había exhibido en las etapas anteriores. En la primera cedió el triunfo en Gijón a su compañero Gerard Rué. En la segunda se impuso en El Naranco y se vistió de líder. Y así llegó a la tercera, en la que se desfondó a tres kilómetros de la meta del Alto Casa del Puerto, en el municipio de Tineo, que cruzó a 4:36 minutos del ganador, Jim van de Laer, acompañado por su hermano Prudencio.

"Sufro cuando se encuentra así. Miguel es un maestro en no enzarzarse en pruebas que no entran en sus objetivos y no entiendo cuando le veo disputarlas", se angustió su director José Miguel Echávarri, a diez días del inicio del Tour en Puy du Fou.

El colombiano Fabio Rodríguez, alias Besolindo, un escalador del Clas que corría con una imagen de la Virgen de Covadonga en el tobillo izquierdo, heredó el maillot amarillo.

Indurain podía haberse ido a casa, pero sólo faltaba un día de carrera y quiso demostrar que su crisis sólo había sido un accidente, un problema de alimentación. Atacó camino de Mieres y volvió a lograr el triunfo.

En resumen, Indurain ganó dos etapas, quedó segundo en otra, vistió un día de líder y se pilló una pájara monumental. "Más vale aquí que luego en el Tour", comentó el navarro. Efectivamente, en el Tour no falló.