Trentin cede el paso a los Alpes con una brillante victoria
El campeón de Europa no esperó al esprint, atacó en el último puerto y ganó en solitario, en la víspera de las tres etapas de montaña que decidirán el Tour.
Alpes. Esa es la palabra más repetida durante esta semana en el Tour. Y mientras se hablaba de ellos, con las clasificaciones en una mano, la calculadora en la otra, y el libro de ruta abierto, aún quedaba pendiente una etapa, la 17ª, que se había reservado a los aventureros, antes de afrontar la batalla final, dividida en tres días. No culminó con victoria española, lo aviso antes de ilusionarnos, aunque sí hubo presencia en la engordada fuga de 33 ciclistas, con Gorka Izagirre (6º), Jesús Herrada (10º) y Omar Fraile (31º). El vencedor fue Matteo Trentin, que ya acumula tres victorias en la Grande Boucle.
El Col de La Sentinelle, de tercera categoría, que se coronaba a 8,5 kilómetros de Gap, se engallaba en la altimetría como el punto decisivo de la etapa. Antes ya hubo movimientos que fracturaron el grupo y dejaron en cabeza a una decena de corredores, ya con Izagirre como única baza española. Trentin se perfilaba como el más rápido, pero debió de pensar que cuando eres el más fuerte, para qué sirve esperar. Inesperadamente, el campeón de Europa atacó en el puerto, donde seguramente otros creían que le podían eliminar. La mejor defensa es un buen ataque. El italiano abrió hueco, creó las dudas por detrás… Y venció en solitario.
Con este ilustre ganador en el retrovisor, llegan los Alpes, la palabra más repetida en el Tour, que en tres etapas van a decidir el maillot amarillo y sus dos compañeros de podio. El pronóstico está muy abierto. Julian Alaphilippe se aferra al sueño, pero ya ha dado muestras de flaqueza. A 1:35 acecha Geraint Thomas, el único que conoce los laureles de París, menos sólido en la presente edición. A 1:47 asoma Steven Kruijswijk, a quien una caída le robó un Giro. Su regularidad y la robustez de su equipo agrandan su candidatura. A 1:50 amenaza Thibaut Pinot, el más fuerte en la montaña, con diferencia. A 2:02 se sitúa Egan Bernal, con la sensación de que aún no ha exprimido todo lo que tiene dentro. Y a 2:14 se erige Emanuel Buchmann, estable y silencioso. De este sexteto, cualquiera puede ganar el Tour. Hagan sus apuestas. La mía es Pinot, con permiso de Thomas.
Si avanzamos en la general, Mikel Landa aparece en la séptima plaza, pero lo suyo es otra historia. A 4:54 minutos del maillot amarillo, su búsqueda es la de un imposible. Al vasco no le queda otra que atacar, atacar y atacar… A ver qué cae. El sueño de conquistar el Tour de Francia se divisa muy lejano, pero esa estrategia le puede llevar a triunfar en alguna etapa, a subirse al podio final… O incluso a convertirse en el juez de la carrera. Su rueda conduce a la gloria. Alejandro Valverde, octavo a 5:00, también puede activarse como baza táctica. El Movistar se perfila como el animador alpino. O eso queremos pensar.
Estos son los protagonistas de una película en la que el escenario será decisivo, con seis cumbres por encima de los 2.000 metros. Una de las grandes incógnitas de Alaphilippe, por cierto, es cómo responderá a un esfuerzo continuado en esas alturas. Para empezar, este jueves se disputa la etapa reina, que encadena en sus 208 kilómetros los puertos de Vars, Izoard y Galibier, que se corona a 19 kilómetros de la meta de Valloire, donde se aterriza tras un prolongado descenso. Las bajadas también corren el Tour.
Si estos colosos dejaran cuentas pendientes, que las dejarán, aún restarán dos etapas cortas con final en alto: el viernes, en Tignes, después de 126 kilómetros que incluyen el asfixiante Iseran; y el sábado, el remate de Val Thorens, tras 130 km. Hay terreno de sobra para dar un vuelco a la carrera. Y ya no hay excusas para guardar nada.