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CICLISMO | MUNDIALES DE INNSBRUCK

El abrazo con Escámez, el masajista que fue su rival

El primer abrazo que recibió Alejandro Valverde tras ser campeón del mundo fue de Juan Carlos Escámez, su masajista. "Era algo muy ansiado".

Actualizado a
El abrazo con Escámez, el masajista que fue su rival
Justin Setterfield

Alejandro Valverde cruzó la meta de Innsbruck, se supo por fin campeón, gritó y se abrazó a Juan Carlos Escámez, su masajista. Sobre él soltó las primeras lágrimas de alegría. “Tuve la gran suerte de ser el primero. Pero detrás de ese abrazo estaba el de todo un país. Era algo muy ansiado, y fue emocionante”, recordaba ayer al lado del campeón.

Le conoce muy bien. Él también fue ciclista (llegó hasta el Kelme aficionado) y antes de decantarse por la Fisioterapia luchaba en las carreras contra el murciano. “Alguna vez le he ganado en amateur, estábamos parejos, y se lo recuerdo en broma. Entonces era igual de bromista y simpático. Fuimos rivales y ahora compañeros, y seguimos disfrutando”, revela.

Escámez vivió de cerca el proceso de recuperación del de Movistar tras la caída en el Tour 2017 que le dejó un tajo enorme en la pierna izquierda y le tuvo al borde de la retirada. “Perdió mucha masa muscular y se tarda mucho en encontrar otra vez el equilibrio, pero acortó mucho los plazos. Los médicos dicen que hizo en un mes lo que otra persona en tres. Trabajó muy duro y fue insistente, como en su día a día”, explica.

¿Cuál es el secreto de Valverde para su escudero? “Su clase es innata, pero su gran virtud es la mentalidad y la pasión que tiene por el ciclismo. A su edad influye mucho más la mente que el físico. Llevamos años diciendo que su listón debería bajar, pero lo está subiendo, y poniéndolo muy lejos. Le gusta su trabajo y sigue emocionándose con él”.