CICLISMO | MUNDIALES DE INNSBRUCK
Valverde: "Mi retirada puede ser en los Juegos de Tokio 2020"
Alejandro Valverde lució en Madrid, en su primer acto como campeón del mundo, un maillot arco iris muy trabajado. "Arranqué en el momento justo".
Alejandro Valverde tomó tierra ayer en Madrid, pero seguía en el cielo. Disfrutando de un jersey arcoíris que llevaba como un tesoro en la mano y una medalla de oro que no le pesaba en su cuello: campeón del mundo en Innsbruck. Un título que desde que el corredor más versátil de los últimos tiempos debutara en la prueba, hace 15 años, habían conseguido Astarloa, Freire, Boonen, Bettini, Ballan, Evans, Hushovd, Cavendish, Gilbert, Rui Costa, Kwiatkowski y Sagan, pero a él se le resistía (dos platas y cuatro bronces).
Sobre su victoria, hubo unanimidad: la merecía. “Es una ilusión tremenda conseguir la medalla, pero sobre todo el sentimiento de cómo se está disfrutando fuera, por mis compañeros, rivales y prensa; es una pasada. Conseguir un oro a mi edad es increíble”, expresó en una mañana en la que visitó la sede de Movistar, patrocinador de su equipo, y el Consejo Superior de Deportes, donde el ministro, José Guirao, y la secretaria de Estado para el Deporte, María José Rienda, le felicitaron. Como lo hicieron en la meta del Tirol campeones como Freire o Cipollini: “Creían que el ciclismo me lo debía”.
Enjuto y afilado a sus 38 años, Valverde ya piensa en estrenar maillot el día 13 en el Giro de Lombardía. “Podía cerrar la temporada ya, ¡pero cómo voy a hacerlo después de esto!”. El ciclista sin fin, el de las 122 victorias totales y 14 este año, había reaparecido en enero tras 208 días KO después de sufrir una escalofriante caída en el prólogo del Tour que le produjo fractura de la rótula izquierda y daños en el astrágalo, tibia y calcáneo. Todo apuntaba al fin, pero fue el principio del oro.
“Nada más caer pensé en que mi carrera había acabado. Me vi con una prótesis en la rodilla, porque estaba destrozada. Así que todo lo que he hecho este año es impresionante”, repasa. Y mira hacia adelante. Ya sabe cómo son los perfiles del Mundial de Yorkshire 2019 y de los Juegos de Tokio 2020. “Pienso que mi retirada puede ser ahí. Serían mis quintos Juegos y si tengo el nivel me gustaría ir; es la medalla que me falta”, dice mientras advierte a todos: “Tengo mucha hambre de éxitos. He hecho todo en el ciclismo, y lo que venga ahora será un regalo”.