CICLISMO | MUNDIALES EN INNSBRUCK
Valverde, campeón del mundo
El español se impuso al sprint a Bardet, Woods y Dumoulin. Con 38 años gana su primer Mundial, había logrado dos platas y cuatro bronces en esta cita.
Y Alejandro Valverde lo logró. El ansiado oro. Gracias a su calidad, su constancia y esa punta de velocidad que le ha dado un palmarés de leyenda ahora, a sus 38 años, coronado con el oro mundial. El murciano remató el tremendo trabajo de una selección española sublime, que con un trabajo coral controló la carrera en todo momento y dejó a su líder la ocasión de que se jugara el triunfo. Y esta vez no falló. Llegó a meta a Romain Bardet (plata), Michael Woods (bronce) y un Dumoulin que se enganchó en el último momento pero se quedó a las puertas del podio. Ninguno pudo inquietar al español.
Todo se decidió en el Infierno. Allí, en el rampón del 28% se quedó el gran favorito, Julian Alaphilippe, por el ímpetu de su compañero Bardet. Alejandro Valverde estaba fresco y aguantaba la rueda, gracias a que hasta no mucho antes no se había tenido que preocupar de controlar todos los ataques. De eso ya se encargaron Fraile, De la Cruz, Herrada, Castroviejo, Izagirre... "Hay que estar en todos los cortes", había repetido Javier Mínguez en la previa. Vaya que si estuvieron.
Al citado Infierno llegó el danés Valgren por delante. Hasta entonces había sido Italia la que más ímpetu había puesto en romper la carrera y víctima de esos acelerones ya se habían descartado a muchos favoritos: Kwiatkowski, Simon Yates, Poels, Roglic (una caída le mermó), los colombianos, Nibali... Holanda, que también se había reservado para los últimos kilómetros, contribuyó a la batalla.
Valverde no falla
Pero España arropó a su líder como había que hacerlo, saltando siempre a la rueda. Como se corren los Mundiales. Una actuación que quedará para la historia. Un grupo que trabajó unido desde que hicieron piña en una cuestionada concentración en Sierra Nevada que acabó siendo clave. De allí salieron con una idea fija: "Lo vamos a dar todo por Valverde".
Y cuando llegó la hora, el murciano estuvo ahí, en las cuestas infernales donde se decidió el podio. Donde Bardet y Woods hicieron la selección y dejaron a todos. Allí cedió también Moscon, Sólo Dumoulin logró recuperarse pero le sirvió para ser testigo del sprint final.
Una llegada donde Alejandro tomó la iniciativa, se sabía más rápido, Arrancó a 200 metros y no se apartó de la cabeza hasta que cruzó la línea de meta, miró al cielo y rompió a llorar. Su masajista, Juan Carlos Escámez, le abrazaba, mientras que cada miembro de la selección que llegaba a meta hacía piña, se unía y celebraban el hito histórico de este oro. "No es sólo mío, sino de todo este equipo", dijo Valverde aún con las lágrimas en los ojos. Todos se sacrificaron porque él cumpliera el sueño de vestir el arcoiris. Alejandro Valverde Belmonte es campeón del Mundo.