LA RUTA DE LA VUELTA
Julio San Emeterio: el más fiel gregario de Bahamontes
1959 fue su gran año. Ganó la etapa Vitoria-Santander de la Vuelta y terminó el Tour de Francia junto a Bahamontes.
Torrelavega es tierra de ciclismo. De Vicente Trueba, primer campeón la Montaña en el Tour de Francia, el mejor de una saga que completaron José y Fermín. De Óscar Freire, triple campeón mundial. De Manolo Saiz, cinco veces ganador de la Vuelta a España como director. Y de Julio San Emeterio, el gregario más fiel de Federico Martín Bahamontes.
A los 14 años, San Emeterio ya conducía el camión de su padre, de quien heredó el apodo del Mezo. Mientras, ahorraba para comprarse una bicicleta, influenciado por la popularidad de los Trueba en su localidad. A los 19 ya disputaba carreras del circuito regional y a los 20 participó en la Vuelta.
Su año más importante sería 1959. En mayo logró su única victoria en una grande, la etapa Vitoria-Santander. “Salí en esta Vuelta a partirme el pecho por Bahamontes, pero ahora que ya no está...”, dijo en la meta, ante sus paisanos cántabros. San Emeterio llegó escapado con Juan Campillo, que también pasaría a la historia como uno de los más fieles a Fede. Su tercer gran doméstico se llamaba José Herrero Berrendero.
En julio de ese año, San Emeterio y Campillo fueron dos de los cinco españoles que escoltaron a Bahamontes en París, en el primer triunfo español en el Tour. Carmelo Morales, Fernando Manzaneque y José Gómez del Moral completaron la compañía.
Después de retirarse como corredor a los 35 años, San Emeterio siguió como director de los equipos Karpy, Monteverde y Teka.
El 28 de abril de 2010, el cántabro murió a los 80 años en la vecina San Felices de Buelna, donde es alcalde José Antonio González Linares. “Se nos ha ido un bahamontista acérrimo”, dijo Fede ese día.