Vicente Trueba hubiera ganado el Tour de 1933 sin repescados
'La Pulga de Torrelavega' acabó sexto en la general, pero los cinco corredores que le precedieron habían sido recalificados en alguna ocasión.
Federico Martín Bahamontes, que hoy cumple 90 años, ha pasado a la historia como el primer ganador español del Tour de Francia en 1959. Pero este capítulo podría haberse escrito de otra manera si, 26 años antes, Henri Desgrange hubiera aplicado el reglamento a rajatabla. Sin repescados, Vicente Trueba ya se habría coronado en París en el Tour de 1933.
Trueba había llamado la atención de Desgrange en su debut en 1930. Dos años después, sin equipo español, le permitió inscribirse como turista-routier. Es decir: el cántabro corría solo y sin ayudas, a cambio de una dieta de 50 francos. Apenas nada. Las ganancias se las embolsó en los puertos: 2.000 francos por liderar el Aubisque, 1.500 por pasar segundo el Tourmalet… Ese menudo escalador de 1,58 metros y 50 kilos encandiló al patrón del Tour, que en una de sus crónicas comenzó a llamarle ‘La Pulga’. Y con ese apodo se quedó. Esa actuación le inspiró también la creación del Gran Premio de la Montaña en 1933, que ganó con holgura al coronar primero nueve de los 16 puertos. Fue el mejor escalador de aquella edición, pero su debilidad para rodar en solitario le impedía luego rematar con victorias.
Trueba acabó sexto en la general, a 27:27 minutos de Georges Speicher, pero los cinco corredores que le precedieron habían sido repescados en alguna ocasión. De hecho, sólo hubo cuatro ciclistas que nunca llegaron fuera de control. La etapa clave fue la décima, entre Digne y Niza, que se celebró después de cuatro duros días en los Alpes. El pelotón permitió una aventura de un quinteto sin opciones. Cuando Trueba vio que el tiempo aumentaba peligrosamente, saltó en solitario. Adelantó a uno de los fugados y llegó junto a otros dos, a 12:12 minutos del vencedor, Fernand Cornez. El pelotón apareció a 22:27, cuando el cierre estaba en 21:48. Tenían que haber sido descalificados, pero Desgrange no consintió quedarse con solo seis supervivientes a 13 días de París y aumentó el límite del 8% al 10%.
No ganó aquel Tour, pero se convirtió en un héroe en España. Y en un pionero: el primer gran escalador del ciclismo español. Eso que luego Bahamontes supo convertir en arte.