CICLISMO EN PISTA

Ashton Lambie: de mecánico a recordman de la pista

El hombre que ha fijado la nueva plusmarca mundial de persecución individual en 4:07.251 era un completo desconocido hasta el pasado viernes.

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La historia de Ashton Lambie no es la típica historia deportiva de cómo el talento se abre camino a base de perseverancia. Es más bien la historia de cómo un talento aflora casi sin querer. Desde el pasado viernes, Lambie es plusmarquista mundial de persecución individual en pista, una especialidad un tanto denostada desde su desaparición del programa olímpico tras los Juegos de Pekín a la que este pelirrojo con un gran mostacho y aspecto de redneck ha vuelto a dar lustre rebajando el récord del australiano Jack Bobridge (4:10.534 en 2011) a 4:07.251 en las semifinales de los Panamericanos

De trabajar como mecánico en una tienda de su Kansas natal y correr criteriums de poca monta, además de ser el ilustre desconocido capaz de cruzar Kansas en bicicleta en el menor tiempo posible, a ser el hombre más rápido sobre la tierra en cubrir cuatro kilómetros sobre un velódromo. ¿Pero cómo entra en la escena ciclista Ashton Lambie? En 2016, la Federación Estadounidense diseña un proyecto destinado a revitalizar su equipo masculino de pista, en especial en la modalidad de persecución por equipos. El objetivo era encontrar cuatro pistards capaces de completar una persecución individual en 4 minutos y medio o menos, la marca de referencia para poder al menos competir a nivel internacional en esta especialidad.

Lambie llevaba desde los 16 corriendo carreras en ruta en el Medio-Oeste americano sin mucho éxito. Después se pasó a pruebas de ultra-resistencia, donde encontró su umbral del dolor y el límite en su capacidad de sacrificio. Se compró una bici de pista. Le gustó. Se fue de viaje con ella. Volvió. Se presentó a los Nacionales, ganó la persecución individual y entró en el equipo estadounidense.Todo en un año. 

Hasta el pasado viernes, cuando destrozó el trazado del Velódromo de Aguascalientes, dicen que el más rápido del mundo. Su entrenador, Clay Worthington, le describe como "un tipo sencillo y guay". Esa es justo la impresión que da. No tenía planeado batir un récord del mundo, aunque tampoco tenía planeado no hacerlo. Al menos no estaba en su programa de entrenamiento, pero precisamente los resultados de ese programa decían que podía conseguirlo. "He aparecido de repente de un campo de maíz", resume su gesta Lambie. Sencillo. 

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