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TOUR DE FRANCIA

Una caída de Yates dejó la etapa en suerte a Alaphilippe

El británico se fue al suelo en el descenso del Portillón y el francés le rebasó. También Gorka Izagirre, que fue segundo. Landa atacó sin consecuencias.

Una caída de Yates dejó la etapa en suerte a Alaphilippe
AFP

Julien Alaphilippe le está cogiendo el gusto a la montaña. El clasicómano francés ya ganó una etapa en los Alpes, en Le Grand Bornard, y este martes ha conquistado otra en los Pirineos, en Bagnères de Luchon. Las dos después del descanso. Cruzó la meta enfundado en el maillot de lunares. El Gran Premio de la Montaña ya no es lo que era, pero para adueñártelo has tenido que estar muchos kilómetros en fuga y muchos puertos en cabeza. Alaphilippe lleva un Tour redondo. En esta 16ª etapa le sonrió también la fortuna, porque Adam Yates se cayó cuando lideraba la carrera en la bajaba del Portillón. Nunca sabremos si le hubiera atrapado también sin caída.

Si vienes a luchar por la general del Tour y a falta de una semana te ves a 40 minutos, tienes dos opciones: esperar al próximo año mientras te lamentas o buscar otro tipo de protagonismo. Adam Yates optó por lo segundo y se metió en la escapada de 47 ciclistas. Un aspirante al podio goza de un plus de calidad que le convierte en favorito. Y lo demostró en el último puerto, que lo coronó en solitario a 10 kilómetros de la meta con 17 segundos sobre Alaphilippe. Podría ser suficiente, pero no definitivo ante un bajador de la categoría de su oponente. No lo fue. Cuando la situación de carrera te obliga buscar tus límites, también hay un mérito del rival.

La caída dejó a Yates sin etapa y con las piernas bloqueadas, lo que le hizo perder también la segunda posición. ¿Adivinan quién entró ahí? Efectivamente, un español. Gorka Izagirre se unió al club de segundos puestos donde ya estaban su hermano Ion (dos veces) y Mikel Nieve.  Al menos el triunfo de Omar Fraile en Mende rompió ese efecto Poulidor.

En la fuga se metieron tres ciclistas del Movistar: Amador, Bennati y Soler. En fiel marcaje al Bahrain, que había colado a otros tres y rivaliza con los telefónicos por la clasificación por equipos. También, en teoría, para servir de enlace a un posible ataque de uno de sus líderes. Preferimos pensar que fue más por esto último que por lo primero, aunque mucho nos tememos que prevaleció más ese podio que tanto gusta a las marcas y que tan indiferente nos deja a todos los demás. El día de descanso, el Movistar anunció ataques al Sky, un inconformismo que, de entrada, ilusiona al aficionado y engrandece al ciclismo. Pero hubo poca cosa. Sí demarró Mikel Landa en el Portillón y obligó a Chris Froome a responder en primera persona. Aunque, sin un desgaste previo, es difícil sorprender en el último puerto.

Geraint Thomas se vio afectado por los gases lacrimógenos que lanzaron los gendarmes franceses contra una manifestación de agricultores.
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Geraint Thomas se vio afectado por los gases lacrimógenos que lanzaron los gendarmes franceses contra una manifestación de agricultores.REUTERS

El Tour se planta así ante su etapa estelar, ese recorrido de sólo 65 kilómetros con tres grandes puertos pirenaicos: Peyresourde, Val Louron y Saint Lary. Se arranca en subida, sin tregua. Los rodillos echarán humo antes de ese trepidante trazado que se cubrirá en apenas dos horas y cuarto. No habrá tiempo para la especulación. Aquella parrilla de salida tan aireada durante el último mes y medio, que se mantenía con secretismo extremo, ha acabado siendo más una colocación para la galería que para la competición. No tendrá ninguna incidencia, es simplemente una sustitución de la neutralizada. Aun así, la etapa no ha perdido expectación. Gran parte del Tour se jugará en estos tres puertos, que deberían aclarar quién es el líder del Sky (Thomas o Froome), quién es la alternativa al maillot amarillo (Dumoulin y/o Roglic) y si el Movistar puede o no aspirar realmente al podio (Landa o Nairo).  

La etapa se disputará a todo gas... Y perdón por la expresión. El gas lanzado este martes por los antidisturbios contra una manifestación de agricultores dañó también al pelotón. El ciclista es uno de los deportistas más desprotegidos del mundo. Sin la colaboración de agentes externos, ya se exponen diariamente a caídas. Este miércoles vimos a Gilbert volar por un barranco en el Aspet, el mismo puerto donde se dejó la vida Casartelli. Con la colaboración de agentes externos, puedes recibir una agresión, pueden romperte una vértebra, te pueden parar la carrera y hasta te pueden gasear. Todo esto lo hemos visto en este Tour 2018.