Valverde cede la victoria de la Klasika a su compañero Amador
Los dos corredores del Movistar entraron en Amorebieta charlando. "No me la disputó, porque si no, no gano seguro", explicó el costarricense.
Valverde es un campeón, un ciclista grande, tanto como su extenso currículo. Y magnánimo. Tiene tantas victorias que no le importa repartir la tarta. Hoy en la Klasika Primavera ha preferido desencadenar la sonrisa de su compañero Andrey Amador antes que sumar el décimo triunfo en este espectacular inicio de curso. "No me la disputó, porque si no no ganaba seguro", sonreía el costarricense, un ciclista con buenos puestos pero sin currículo de victorias. Sí destaca la etapa del Giro en 2012 y el honor de, en 2016, haberse convertido en el primer tico y centroamericano que vistió la maglira rosa. Pudo dedicar una victoria a su pequeña Gretta, nacida hace dos meses.
La estampa de entrada en Amorebieta choca con la foto de un día antes entre otros dos compañeros de Movistar: si Landa y Nairo Quintana no acabaron de afinar la estrategia camino de Arrate en el final de la Vuelta al País Vasco para descabalgar a Roglic (al colombiano el papel de gregario no se le acabó de ver), en esta ocasión ambos hasta se pusieron a charlar en el último kilómetro y en los 300 metros finales fueron a la par como dos cicloturistas, mientras Alejandro confirmaba a su compañero que le cedía el honor (acabó aplaudiéndole unos metros más atrás mientras le veía entrar). Por detrás entró Paredes, segundo en la edición de 2017 tras Gorka Izagirre, culminando también la buena labor del Manzana Postobón. encabezó a diez segundos un grupo de cinco ciclistas.
Los cien primeros kilómetros llanos de la prueba, marcada por la lluvia, y la primera doble subidaa Muniketa y Autzagane los animó una escapada de cuatro corredores, Gonzalo Serrano (Caja Rural), Peio Goikoetxea (Fundación Euskadi), Jordan Arley Parra (Manzana Postobón) y Artem Samolenkov (Lokosphinx). La fuga llegó a superar los tres minutos de ventaja pero cedió ya en la segunda ascensión a Muniketa (km 132), donde la carrera se animó ya metida de lleno en las dificultades montañosas del recorrido. Este año de nuevo con Autzagane, que, por obras, no se había podido ascender desde 2013. En la segunda de esas tres dobles subidas (km 132), el Movistar movió el pelotón y dejó a una veintena de corredores por delante, entre ellos cuatro de los suyos, que eran mayoría porque, además de Valverde y Amador, entraron también Betancur y Rafa Valls.
Tras ir madurando la carrera y soportando esos clásicos saltos en esta prueba para aventureros, el Movistar dio el hachazo definitivo en la tercera y última subida a Muniketa. A menos de 20 kilómetros para acabar, Amador lanzó un ataque feroz y arrastró a Molano. El equipo telefónico ua había hecho la limpia en la segunda de las tres escaladas a dicho puerto. Con el Manzana Postobón llevaban una matinal de toma y daca, a ver quién pitaba más. Una vez consolidado ese dominio, el conjunto azul movió su último peón, con Valverde, que dio una sensación abrumadora. El murciano fue haciendo camino. Diez segundos, nueve, ocho... Delante Amador pedía relevos a Molano y le acabó dejando. Contactó Alejandro con él y en el descenso, corto y rápido, el costarricense casi descuelga al veterano líder. En la subida a Autzagane, sencilla y fácil y ahora con un asfaltado que lo convierten en una autopista, trató de pillarles Strakhov, del Lokosphinx, uno de esos rodadores que hacen como churros en Rusia, compactos en la bici, que no de mueven sobre la montura.
Amador coronó Autzagane en primera posición. De ahí a Amorebieta es un paseo, incluso con muchos tramos ya secos tras una jornada con mucho agua, y de él disfrutaron Amador y Valverde, como si estuvieran sentados en una notaría firmando que el triunfo correspondía al más débil de la pareja. Cuarta txapela seguida del Movistar en Amorebieta. Amador sucede en el palmarés a Gorka Izagirre, Giovanni Visconti y José Herrada, vencedores con el maillot azul en 2017, 2016 y 2015. Decimotercer triunfo para el equipo español; quinto ciclista en obtener éxito en 2018, tras Valverde, Landa, Soler y Dayer Quintana. Bueno, van catorce contabilizando la 'réplica' ofrecida minutos después por Mavi García en Noja. Para Valverde, el rendimiento en Amorebieta es una nueva confirmación de su estado de forma antes de las inminentes clásicas de las Ardenas.