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LA RUTA DE LA VUELTA

Valverde terminó con lágrimas de dolor la etapa de su tierra

En la Vuelta de 2004, al murciano se le saltó un piñón camino de Caravaca y casi abandonó. Sus compañeros le ayudaron a llegar a meta.

Valverde terminó con lágrimas de dolor la etapa de su tierra
Jesús Rubio

La Vuelta a España de 2004 se dirigía a Caravaca de la Cruz en una jornada presumiblemente tranquila, que se convirtió en una pesadilla para un ciclista a partir del kilómetro 7. A Alejandro Valverde se le saltó un piñón, dio una pedalada en falso y salió despedido por encima de su bicicleta. “Pegó con la cabeza en el suelo y se cayó debajo de un guardarraíl”, explicó Carlos García Quesada, su compañero en el Comunitat Valenciana-Kelme.

El médico de la Vuelta, Juan María Irigoyen, ayudó a Valverde a levantarse. Estaba aturdido. Poco a poco recuperó el sentido. Y soltó un desgarrado grito, derrumbado sobre el manillar: “¡Se me ha saltado un piñón...!”. No pudo evitar las lágrimas. A su alrededor, otros colegas del equipo también lloraban.

El murciano, entonces de 24 años, retomó la carrera, tremendamente dolorido. “Al principio no podía pedalear, se quejaba de la cadera y una rodilla. Entre los kilómetros 10 y 15 se quiso retirar, pero le convencimos de que siguiera. Supo sufrir”, relató otro gregario, David Latasa.

Valverde logró terminar por el apoyo de sus compañeros, que a ratos le llevaron a empujones, y por el beneplácito del pelotón, que ralentizó la marcha. No lo hizo David Zabriskie, escapado desde dos kilómetros antes: “No podía parar, tenía que ir a lo mío”. Pero años después fue descalificado por el caso Armstrong. Oficialmente, no hay ganador de aquella etapa.