Purito Rodríguez: “Aquí hay que hacer todo lo que te manden”

Aunque se trate de una pregunta obligada, cómo se encuentran los ánimos en la Selección tras el fiasco de Florencia, en 2013, a los protagonistas no les hace ninguna gracia. Y mucho menos a Purito Rodríguez: “No me ha costado nada cambiar el chip y pasar página, pero sí olvidarlo si en todas las entrevistas se habla de lo mismo. Nos encontramos en Ponferrada, después de un año, soy corredor profesional, entiendo el ciclismo y tengo claro cuál fue mi rol en ese Mundial y cuál será este domingo”. Y concluye, en referencia a los medios: “Por más que queráis sacar la polémica, no hay nada. Alejandro y yo disfrutamos de una buena relación, como con el resto de los compañeros”.

Hace un año, el catalán casi tocaba el oro cuando Rui Costa salió a por él. Valverde, que iba con el portugués, no reaccionó para neutralizar a su compañero en Movistar y a 500 metros Costa remató a Purito. “Valverde cometió un grave error”, sentenció Javier Mínguez.

Alejandro Valverde también se muestra tajante: “Se dialogó y se solucionó. Ahora afrontamos otro campeonato. En su momento le di vueltas, para este domingo no debe afectarnos. Purito y yo no somos rivales, sino colegas”. No obstante, los semblantes de ambos denotan cosas bien distintas: tranquilidad y relajación en Alejandro, designado capitán por el seleccionador, Javier Mínguez, y un punto de incomodidad y mala leche en Joaquín, segundo espada y al servicio del líder.

Mínguez, diplomático, tercia y valora la disposición y la calidad del catalán: “No competirá sólo Valverde, le rodeará un grupo y Purito resultará esencial. Él ha asumido que Alejandro es más rápido para el final. Sin embargo, según cómo se desarrolle la carrera, dispondrá de sus opciones o ayudará al jefe. Uno guarda en casa cinco medallas y el otro, dos. Bendito problema”.

Lágrimas. Para descartar cualquier tipo de malentendido, Purito se explayó sobre su cometido en un comunicado, encabezado por la foto del cajón de Florencia, anegado en lágrimas: “Acudir con España va con la personalidad de cada uno. Nadie te obliga a venir y sabes lo que toca. No es fácil convivir y compartir maillot con quien te has pegado cuatro días atrás. Una vez que aceptas estar aquí, hay que hacer lo que te manden y darlo todo por la Selección”. El punto de partida parece inmejorable. A ver el de llegada, el domingo.