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TOUR | ETAPA 18

Valverde sale del podio tras una nueva exhibición de Nibali

El murciano no pudo aguantar el ritmo de Pinot y de Péraud en la subida a Hautacam y perdió por dos segundos la tercera plaza. Nibali fue tiburón y se apuntó la etapa.

Vincenzo Nibali se abre paso entre los aficionados en plena subida a Hautacam.
REUTERS

Vicenzo Nibali tenía ganas de rematar el Tour de Francia con una gran victoria en la etapa reina de los Pirineos, de acallar las bocas que minimizan su triunfo por la ausencia de Froome y Contador. La actitud del equipo Astana, que controló la fuga durante todo el recorrido, destapaba las intenciones del ‘Tiburón’, que no falló y se adjudicó con poderío la 18ª etapa, Pau-Hautacam (145 km). A falta de la contrarreloj del sábado, sólo una desgracia podría evitar que Nibali se coronara en París como el sexto ciclista que logra la Triple Corona: Vuelta, Giro y Tour. Sólo Anquetil, Merckx, Gimondi, Hinault y Contador lo habían logrado antes.

Nibali se marchó a diez kilómetros de la cima, después de remachar a Chris Horner, el cuarentón estadounidense que el año pasado le privó de sumar su segunda Vuelta a España. Su latigazo buscaba además un premio extra: el maillot de la Montaña. El defensor, Majka, tenía que entrar al menos sexto para conservar el jersey de lunares. Y quedó tercero. El ‘Tiburón del Estrecho’ no logró este objetivo, pero sí conquistó a lo grande su cuarta victoria en esta edición del Tour, que añade a las de Sheffield, La Planche des Belles Filles y Chamrousse.


ES - Resumen - Etapa 18 (Pau > Hautacam) by Le Tour de France

Durante la subida gloriosa de Nibali, Valverde volvió a sufrir. A cinco kilómetros de la meta vio cómo Van Garderen, Pinot y Péraud se marchaban por delante. Tocaba otra agónica defensa del podio, igual que en la jornada precedente. Esta vez no pudo. El murciano ha descendido de la segunda a la cuarta posición, aunque mantiene viva la esperanza de auparse al cajón de los Campos Elíseos. A falta de la contrarreloj del sábado, Bergerac-Perigueux (54 km), se encuentra en la general a dos segundos de Péraud y a 15 de Pinot. Hay pelea.

La escapada del día había acogido a una veintena de corredores, entre ellos a tres españoles que iban a tener un notable protagonismo. Uno de ellos, Mikel Nieve, por su lucha por el triunfo de etapa. Los otros dos, Jesús Herrada y Ion Izagirre, porque partían con la tarea de esperar a Valverde en un futuro ataque o en un futuro desfallecimiento… El día anterior ya tuvieron que echarle una mano en Saint Lary, pero esta vez dieron la vuelta a la moneda y la estrategia era ofensiva. Valverde se lanzó en el descenso del Tourmalet, empalmó con sus compañeros y planteó el desafío. El Astaná tenía sus propios planes y no permitió alegrías, por lo que no llegó muy lejos, apenas diez kilómetros más allá. Pero el espectáculo agradeció el intento. Su sufrimiento posterior en Hautacam nada tuvo que ver con este movimiento, porque en la bajada no se le vio dar una pedalada de más.

Mientras que Valverde buscaba lo imposible, Nieve ya era cabeza de carrera junto a Kadri. Otro más díficil todavía. Ambos atacaron en la subida al Tourmalet (categoría especial, 17,1 km al 7,3%), rebasaron a Chavanel, que iba destacado, y hollaron juntos la cumbre. El francés pasó primero y evitó que el navarro se convirtiera en el duodécimo corredor español que coronara la mítica cima de los Pirineos. El dúo rodó en sintonía y comenzó la última subida a Hautacam (especial, 13,6 km al 7,8%) con 2:15 minutos sobre el grupo del maillot amarillo. Escasa renta. Por detrás, un 'Tiburón' afilaba los colmillos. Sin piedad.