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NBA | GRIZZLIES 134 - NETS 124

Santi Aldama brilla en un tiroteo

Buen partido de Aldama en un duelo tremendo entre Morant y Bane (38 puntos cada uno) y Durant y Kyrie Irving (37 por cabeza).

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Santi Aldama brilla en un tiroteo

Lo único que necesita Memphis Grizzlies, cada vez parece más claro, es que no aparezcan en su camino los Mavericks de Luka Doncic. En el inicio de esta temporada les ha pasado lo mismo que les solía suceder durante la pasada: una imagen fiera y feliz contra casi todos los demás… una desaparición casi sobrenatural cuando están enfrente los texanos, con los que definitivamente no mezclan. Porque después de (agotados, eso sí, era el tercer partido en cuatro noches) su malísima imagen en Dallas (137-96), los de Tennessee ganaron en un festival ofensivo a los Nets (134-124). Es un 3-1 para ellos. Y es un 1-2 para los de Steve Nash, que volvieron a parecer lejísimos. En todo lo que no implique ponerse en manos de sus estrellas.

No fue un duelo para presumir de defensas, desde luego. Pero el talento individual tuvo mucho que ver en la anotación final, y en que este fuera el primer partido desde 1983 con cuatro jugadores por encima de 30 puntos. Ja Morant y Desmond Bane metieron 38 cada uno en los Grizzlies, Kevin Durant y Kyrie Irving se fueron a 37 por cabeza. Tremendo. Morant sumó además 8 rebotes y 7 asistencias con un 4/6 en triples (el asunto que está dando una nueva dimensión a su juego), el último frontal y lejano, delante de Kyrie Irving y para sentenciar (132-122) a falta de 52 segundos. Bane, que había empezado el curso con la puntería torcida, firmó un 8/11 en triples. En los Nets, máxima precisión de Durant (14/20 en tiros) y buenos porcentajes de Kyrie (14/24). Entre los dos, 9 asistencias por solo cuatro pérdidas. Todo para nada.

Como era de esperar, los Grizzlies ganaron el rebote (38-35), pero no con la autoridad prevista (sí en los momentos importantes). Pero es que metieron el 47% de sus triples, un tremendo 16/34 por el 31% (9/29) de los Nets, que parecen incapaces de defender con seriedad. Sin coordinación ni ritmo colectivo, sin sentido en las ayudas y con errores groseros en los cambios y ajustes. Solo hace falta un poco de paciencia, circulación y vista, para encontrar unos agujeros enormes por los que atacar a un equipo que acaba fiado al tiroteo, al intercambio de canastas y a que sus estrellas hagan lo que buenamente puedan. Contra eso, los Grizzlies (Bane) encontraron todos los tiros cómodos que necesitaron. Y no bastaron los 17 puntos de Durant (ya en el top 20 histórico de anotación) en el tercer cuarto porque Bane sumó 19 en esa franja, saldada con un 45-28. Meter 28 en un cuarto y perderlo por 17 es… una buena muestra de lo que son, ahora mismo, estos Nets.

En el último cuarto apareció Kyrie, pero no la defensa. El base anotaba, los Grizzlies respondían. Para ganar, una vez que estás por detrás, hay que meter… pero hay que conseguir que no te metan. Y eso no están preparados ahora mismo para hacerlo, con un Steve Nash transparente, estos Nets que necesitan mucho más de Ben Simmons. Otra vez (dos en tres partidos) seis faltas personales y un agujero negro en ataque al que los Grizzlies ni se molestaron en estorbar. 7 puntos, 8 asistencias, malas sensaciones para generar (5 pérdidas)… y muy malas atrás, lo que antes era uno de sus puntos fuertes. Dice Nash que todo es cuestión de óxido. Ya veremos.

Santi Aldama ejerció de tercera espada (17 puntos, 4 rebotes, 6/8 en tiros, un par de triples), otra vez titular y otra vez más de 30 minutos en pista. El español está aprovechando de maravilla su oportunidad y está dejando claro que seguirá teniendo sitio en la rotación de su equipo cuando regrese Jaren Jackon Jr. El que sí volvió fue Dillon Brooks… y con una de esas caóticas actuaciones que no son extrañas en él: dos faltas muy rápido, enganchón con Durant… y 4 puntos con un 2/13 en tiros. Mucho mejor estuvieron, una vez más, Tyus Jones y Brandon Clarke, dos esenciales en la profundidad de estos brillantes Grizzlies, que dejaron en evidencia a unos Nets que tampoco ganan cuando sus dos estrellas anotan a destajo. Mala cosa.