“Prefería defender a Michael Jordan que a Drazen Petrovic”

Vernon Maxwell era un jugador de máxima intensidad, un escolta two way, con valor en ataque y en defensa, que fue uno de los infaltables en los Rockets campeones de los años noventa, el equipo que ganó dos anillos, con Hakeem Olajuwon al frente, aprovechando la primera y temporal retirada de Michael Jordan. Apodado Mad Max por su temperamento, su intensidad y algunos excesos en pista, Maxwell tenía un estilo que habría encajado muy bien en la NBA actual.

De hecho, él mismo contó que aquellos Rockets, entrenados por el legendario Rudy Tomjanovich, tenían mucho del baloncesto que vino después porque intentaban abrir la pista al máximo con tiradores para dejar mucho espacio en la zona a Olajuwon, un anotador devastador en el poste bajo: “Rudy T y Don Chaney nos pedían que jugáramos como los equipos empezaron a jugar después. Querían que alejáramos a los defensores de Hakeem para que él pudiera operar en el poste. No podían doblar marcajes a Olajuwon porque teníamos siempre al menos tres tíos en el perímetro que podían machacar desde la línea de tres. También estaban Kenny Smith, Mario Elie, Sam Cassell, Robert Horry…”.

Mawell, en los años de los anillos, promedió 13,6 y 13,3 puntos. Y hacía un gran trabajo defensivo con los bases y escoltas rivales. Ahora acaba de pasar por los micrófonos del podcast All The Smoke, de los exjugadores Matt Barnes y Stephen Jackson, y ha hablado de qué jugadores le daban más problemas como defensor, sobre todo aquellos que puedan estar más infravalorados ahora, en la NBA actual. Maxwell no tuvo dudas y citó a Drazen Petrovic: “Me hacía tener pesadillas. Nunca había visto a nadie así. Prefería defender al puto Michael Jordan, al Jesucristo negro. Así de mal me iba con Petrovic. Era más grande que yo y era frustrante, me las metía de todas las maneras. No podía pararlo, es que no podías darle ni una pulgada de espacio. Estos tíos de Europa con todas las armas: media distancia, triples, penetraciones… él tenía todo eso. Me machacaba”.

Maxwell tiene una famosa cuenta de Twitter que utiliza para mofarse de franquicias como Oklahoma City Thunder o Utah Jazz, esta un obvio rival de los Rockets en los noventa (eran los años de John Stockton y Karl Malone en Salt Lake City). Y también suele acaparar titulares cuando habla de la rivalidad con los Bulls, que ganaron seis anillos, tres y tres, con los dos de los Rockets enmarcados entre esos threepeats. Como nunca se enfrentaron en las Finales, quedó la duda de qué habría pasado si Michael Jordan y sus Bulls hubieran jugador por el título contra Olajuwon y sus Rockets.

Mad Max siempre lo ha tenido claro: “Solíamos ganarles siempre, así que… Sé que en playoffs habría sido diferente, pero éramos capaces de ganarles. Mira los números, no mienten. Les dábamos palizas. No les ganábamos por cinco, era por 15, 17, 16, 13… Durante un tramo de ocho años nuestro balance contra ellos llegó a ser 9-1. Eso tiene que significar algo”.

Una eterna cuestión para los Rockets

El hecho es que a aquellos Rockets no les gusta que se asocie la ausencia de Jordan a sus dos títulos. El propio Olajuwon dejó claro que Jordan sí estaba en los playoffs de 1995: “Se habla como si el duelo entre nosotros en las Finales no hubiera sido posible pero ellos estaban en los playoffs. Lo que pasa es que perdieron en semifinales de Conferencia contra los Magic. Esos Magic eran monstruosos: Shaquille O’Neal, Penny Hardaway, Nick Anderson... pero nosotros sí pudimos con ellos. Jordan jugó contra ellos y perdió en los playoffs del 95”. Kenny Smith, base de aquellos Rockets y ahora reconocido analista televisivo, siempre ha sido de la misma opinión: “Les habríamos ganado si hubiéramos jugado, ellos perdieron con unos Magic a los que nosotros barrimos (0-4). Jordan jugó. Cuando metió 55 puntos en el Madison nadie dudó de que estaba de vuelta. Había vuelto, y perdió”.

Smith cree que es muy difícil imaginar que los Bulls habrían ganado ocho anillos seguidos aunque Jordan no se hubiera retirado: “Nadie en la era moderna ha ganado ocho anillos seguidos. Están las lesiones, los problemas de concentración... LeBron llegó a ocho Finales consecutivas pero no las ha ganado todas. En 1995 nosotros éramos mejores que los Bulls”.

Los que creen que ese hubiera sido el año de Hakeem Olajuwon, que jugó a un nivel imperial, se agarran a que sus Rockets no llegaron a las Finales entre 1991 y 1993 pero amasaron un 5-1 contra los Bulls en regular season, en parte porque en el puesto de pívot eran algo más vulnerables los de Phil Jackson, que sin embargo no se enfrentaron a grandes cincos en sus series por los anillos. Michael Jordan, es innegable, solo había jugado 17 partidos antes de playoffs en la temporada 1994-95, después de anunciar su vuelta. Pero en las eliminatorias promedió 31,5 puntos, 6,5 rebotes, 4,5 asistencias y un 48% en tiros. En 1996, después de las 72 victorias, sus números en playoffs fueron 30,7, 4,9 y 4,1 con un 46%. Pero los Bulls, efectivamente, cayeron (4-2) en semifinales del Este en 1995 ante esos Magic de Shaquille (24,3 puntos, 13,2 rebotes, 4 asistencias), Penny Hardaway (18,5 puntos, 7,5 asistencias), Anderson (15,2 puntos), el tirador Dennis Scott (14,8 puntos) y un ex de los Bulls, Horace Grant (18 puntos y 11 rebotes de media).

Los Rockets, después de proclamarse campeones en 1994, firmaron una historia extraordinaria en 1995, el año del nunca subestimes el corazón de un campeón. En febrero llegó Clyde Drexler y los texanos llegaron a playoffs como sextos del Oeste y con solo 47 victorias. Derrotaron sin factor cancha a favor a Jazz, Suns, Spurs y Magic, equipos que habían ganado entre 57 y 62 partidos. Contra los Suns levantaron un 3-1 ganando el quinto y el séptimo en Phoenix. Unos playoffs formidables en los que Hakeem promedió 33 puntos, 10,3 rebotes, 4,5 asistencias y 2,8 tapones. Drexler 20,5 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias, Robert Horry 13,1 puntos, 7 rebotes y 3,5 asistencias y Smith 10,8 puntos y 4,5 asistencias. Por eso algunos creen que, en efecto, aquel equipo de Rudy Tomjanovich y Olajuwon podría haber sido la horma en el zapato de los Bulls de Jordan, Pippen y Phil Jackson.

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