Muere Dikembe Mutombo, el rey del tapón
Cuatro veces Mejor Defensor de la NBA, el pívot ha muerto a los 58 años debido a un cáncer cerebral. Temible bajo los aros, fue uno de los pívots más importantes de su generación.
Día aciago para el mundo del baloncesto. Dikembe Mutombo ha muerto a los 58 años debido a un cáncer cerebral. El mítico pívot, uno de los mejores defensores de la historia, tuvo una fantástica carrera como profesional y conquistó en cuatro ocasiones el premio a Mejor Defensor, lo que le iguala a Ben Wallace y Rudy Gobert como el que más ha logrado. Nacido el la ciudad de Kinsasa, República del Congo, el 25 de junio de 1966, tenía la nacionalidad estadounidense y estuvo toda su carrera deportiva en el país norteamericano. Tras estar en la Universidad de Georgetown, el center pasó por seis equipos de la NBA: Nuggets, Hawks, Sixers, Nets, Knicks y Rockets, con los que se retiró en 2009, destacando en la zona y en su capacidad intimidatoria incluso en sus últimos años como profesional.
Mutombo era todo un personaje en la NBA. Seleccionado en el cuarto puesto de la primera ronda del draft de 1991 por los Nuggets, se hizo rápidamente un nombre en la mejor Liga del mundo gracias a su capacidad intimidatoria, a su gran altura (2,18) y a su envergadura. Su capacidad para poner tapones y atrapar rebotes fue increíblemente notoria, y en su primera temporada promedió 16,6 puntos, 12,3 rebotes y 3 tapones, siendo segundo para el Rookie del Año tras Larry Johnson (Charlotte Hornets) y seleccionado para el All Star. El pívot jamás anotó tantos puntos como entonces y poco a poco se fue consolidando como un experto defensor e intimidador que se dedicó a emparejarse con los hombres interiores de la época en una era en la que el hombre alto dominaba el baloncesto en general y los tableros en particular: Hakeem Olajuwon, David Robinson, Patrick Ewing, Karl Malone, Charles Barkley y, poco después, Shaquille O’Neal o Vin Baker.
La historia se reescribió en los playoffs de 1994, cuando los Nuggets superaron a los Sonics en la primera ronda de playoffs, siendo la primera vez en la historia que un octavo clasificado eliminaba a un primero. La franquicia de Seattle, que se fue a 63 victorias en regular season, sucumbió a unos Nuggets que perdieron los dos primeros partidos y se impusieron en los tres siguientes (la primera ronda se jugó a cinco partidos hasta 2003). Mutombo promedió entonces 12,6 puntos, 12,2 rebotes y 6,2 tapones en la serie, con 12,3+14,7+7,3 en las tres victorias. En semifinales, pasaron del 3-0 al 3-3 contra los Jazz, pero cayeron en el séptimo y definitivo partido en Salt Lake City. Poco importó: el nombre de Mutombo estaba consolidado dentro de la escala baloncestística y su imagen llorando en Seattle con el balón en las manos entró en los libros de historia de la NBA.
Intentos de anillo y declive
Mutombo lideró la Liga en tapones en 1994, 1995 y 1996, conquistando su primer premio a Mejor Defensor en el segundo de esos años y repitiendo en 1997 y 1998, cuando militaba en los Hawks. En su último curso en Atlanta lideró la competición norteamericana en rebotes, algo que repitió en su estreno en los Sixers, a los que fue traspasado a mitad de la 2000-01 por la lesión de Theo Ratliff. En Philadelphia, el pívot disfrutó de su primer intento de anillo: ganó el premio a Mejor Defensor por cuarta vez en su carrera y, con Larry Brown en el banquillo y Allen Iverson de líder, llegaron a las Finales contra los Lakers. A pesar de la exhibición del base-escolta en la primer encuentro en el Staples (48 puntos), los Sixers cayeron por 4-1 sin que Mutombo pudiera molestar demasiado a Shaq, acompañado por un Kobe Bryant celestial. Los angelinos volaron al segundo de los tres anillos de la dinastía, mientras que la maldición se apoderó de la entidad de Philadelphia, que no ha vuelto a pasar de las finales de Conferencia desde entonces.
La 2001-02 fue la última de Mutombo a gran nivel, participando en su último All Star y entrando en los Mejores Quintetos y Mejores Quintetos Defensivos, además de ser tercero en la votación a Mejor Defensor. Fue posteriormente traspasado a los Nets, donde tuvo un papel menor y sus minutos se vieron considerablemente reducidos debido a los constantes problemas en las muñecas y la falta de entendimiento con Bryon Scott, el entrenador que llevó al equipo de Nueva Jersey a dos Finales consecutivas. En la última estuvo Mutombo, encontrándose en la pintura con un viejo conocido como David Robinson, que apuraba su retirada, y ante el incipiente Tim Duncan, que amarraba su segundo campeonato. Disputó todos los partidos de la eliminatoria, pero con menos de 14 minutos de promedio. Era el final.
El afán de superación de Mutombo le hizo permanecer en la competición muchos más años a pesar de que contaba ya con más de 35 años. Pasó por los Knicks, donde tuvo un leve resurgimiento (65 partidos, 56 como titular y más de 20 minutos de juego) antes de llegar a los Rockets, lugar en el que tuvo un gran papel como veterano de lujo, primero con Jeff Van Gundy en el banquillo y luego con Rick Adelman. Actuó de mentor de Yao Ming, potenció su unión en pista con Tracy McGrady y se mantuvo en activo hasta los 42 años. El 21 de abril de 2009 chocó con su homólogo Greg Oden en un partido celebrado en Portland, Oregón, lesionándose de su ya maltrecha rodilla y teniendo que irse retirado entre sus lágrimas y los aplausos del público en camilla. Después del choque confirmó que la operación era necesaria y que su carrera había terminado. Unos días más tarde, se confirmó que se había roto el tendón del cuádriceps de la rodilla izquierda. El 23 de abril, apenas unas horas después de que todo tuviera lugar, dijo adiós al baloncesto oficialmente tras 18 temporadas en la mejor Liga del mundo.
Tras la retirada
Mutombo se retiró de la NBA con 1.196 partidos disputados, 101 de playoffs. Lo hizo con promedios de 9,8 puntos, 10,3 rebotes y 2,8 tapones. Con 12.359 rebotes, ocupa la posición número 20 entre los máximos reboteadores de la historia, algo que aumenta mucho en lo referente a la clasificación en tapones, una estadística que se empezó a contabilizar después y en la que no figuran otros nombres como Bill Russell o Wilt Chamberlain: 3.289, solo por detrás de Hakeem Olajuwon. Su seña de identidad fue esa precisamente, teniendo en cuenta otro dato: 45 jugadores diferentes han logrado 10 o más tapones en un partido. Este logro ha ocurrido 161 veces en total (incluidos playoffs) en la historia de la NBA: Mark Eaton y Manute Bol lo lograron hasta 18 veces cada uno, más que nadie. Mutombo está tercero en esta clasificación, al hacerlo hasta 13 veces, logrando triple-doble en 10 de ellas y consiguiendo un tope de 12.
El 9 de septiembre de 2015, los Hawks retiraron su dorsal número 55 de Mutombo, toda una hazaña si tenemos en cuenta que apenas estuvo en tres temporadas y media con la franquicia de Atlanta, disputando siempre los playoffs y llegando a las semifinales de Conferencia de 1997, donde perdieron con los Bulls de Michael Jordan (4-1). Dos días después de semejante honor, el 11 de septiembre, se redondeó su carrera con su inducción en el Hall of Fame, el Salón de la Fama de la NBA. Todo un logro para un jugador que además causaba sensación: fue ocho veces All-Star, tres veces elegido en los Mejores Quintetos y seis en los Mejores Quintetos Defensivos. Un pívot que no solo se dedicó a defender, siendo muy importante en la ofensiva de sus equipos, especialmente en su primera década en la competición norteamericana, en la que eran esenciales sus pantallas, bloqueos, finalizaciones y rebotes ofensivos que permitían a él o a sus compañeros gozar de segundas oportunidades. En 11 de sus 19 temporadas en la NBA superó la decena de puntos de promedio.
Además, el “no en mi casa” que Mutombo pronunciaba después de cada tapón le dio una gran popularidad a un hombre cercano con el público y sus compañeros. El gesto fue prohibido posteriormente en la NBA al entenderse como una falta de respeto que, a pesar de ello, ha sido imitada en numerosas ocasiones por jugadores posteriores a Mutombo, que para evitar multas se dedicaba a señalar a la grada con el índice cada vez que taponaba a un rival. El pívot congoleño también fue muy conocido por pertenecer a ese selecto grupo de jugadores más sucios de la mejor Liga del mundo en una época en la que la intensidad defensiva era muy alta y el hombre dentro-fuera el estilo predominante. La estrella sacaba mucho los codos para proteger el balón tras el rebote y nunca eludía el contacto, lo que le generó la fama de jugador duro. Incluso su compañero Yao Ming, en tono jocoso, mencionó la intensidad a la que hacía gala en los entrenamientos, algo digno de admirar teniendo en cuenta que Mutombo se encontraba entonces cerca de la cuarentena.
Tras la retirada, Mutombo se convirtió en embajador de la NBA, apoyó con ayuda humanitaria en muchos países del mundo, especialmente los africanos, y fue considerado todo un icono de la lucha contra la pobreza. Hablaba inglés, francés, español, y portugués, además de diferentes lenguas africanas y estaba graduado en lingüística y diplomacia. También consolidado como producto televisivo de la NBA, acudió a varios eventos, haciendo virales sus reacciones en diferentes momentos, especialmente la de ser parte del jurado del Concurso de Mates que enfrentó a Zach LaVine y a Aaron Gordon, considerado uno de los mejores de todos los tiempos. La mejor Liga del mundo dice adiós a uno de sus referentes: un defensor extraordinario, con capacidad para taponar y rebotear, importante en la anotación, con buenos porcentajes para los tiros libres (una rareza para hombres de su estatura), un trabajador innato, un compañero leal y toda una imagen pública. Adiós a Dikembe Mutombo, el rey del tapón.
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