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BROOKLYN NETS

Las seis condiciones para que Irving vuelva a jugar

El base deberá cumplir una serie de pasos si quiere volver a vestir la camiseta de Brooklyn Nets esta temporada tras esta suspensión.

BROOKLYN, NY - OCTOBER 27: Kyrie Irving #11 of the Brooklyn Nets looks on during the game against the Dallas Mavericks on October 27, 2022 at Barclays Center in Brooklyn, New York. NOTE TO USER: User expressly acknowledges and agrees that, by downloading and or using this Photograph, user is consenting to the terms and conditions of the Getty Images License Agreement. Mandatory Copyright Notice: Copyright 2022 NBAE (Photo by Jesse D. Garrabrant/NBAE via Getty Images)
Jesse D. GarrabrantGetty

Kyrie Irving ya sabe que tiene que hacer si quiere jugar de nuevo en la NBA. Según Shams Charania (The Athletic), Brooklyn Nets ha impuesto al base seis condiciones para volver a vestir a pisar una cancha de baloncesto esta temporada, la última que le queda de un contrato por 36,5 millones de dólares (pierde cerca de 251.747 dólares por cada encuentro que se pierda por sanción).

En primer lugar, Irving deberá pedir disculpas y condenar la película y el libro que compartió en redes y que incluían material antisemita verdaderamente grave: citas atribuidas a Adolf Hitler y otras contrastadamente falsas que cuestionan asuntos tan delicados como el número de víctimas del Holocausto en una narrativa que enreda en la relación entre afroamericanos y judíos en Estados Unidos.

Tras eso, donar 500.000 dólares a causas que luchen contra los discursos y las acciones de odio, una cifra que ya dio a la Liga Antidifamación y que esta rechazó ante las vagas y estériles disculpas que ofreció en los albores de la crisis. Además, tendrá que asistir a charlas de sensibilidad y contra el antisemitismo, y reunirse con la mencionada Liga Antidifamación y con líderes de la comunidad judía.

Por último, tener un encuentro con Joe Tsai, propietario de Brooklyn Nets, para demostrar compresión por todo lo acaecido en unas últimas semanas que han llevado a Irving al punto más bajo de toda su carrera, cerca del ostracismo en una NBA que le rio las gracias terraplanistas y que sudó por su negativa a vacunarse y por el envoltorio con el que cubrió esa decisión: la inoculación obligatoria en Nueva York era para él una de las “violaciones de derechos humanos más grandes de la historia” y una forma de control social sobre la población negra. Ideas conspiranóicas sin base científica que incluían, para darle a todo un tono un poco más delirante, un superordenador para seguir un plan de Satán.

Salidas de carril más o menos aceptadas por unos Nets y una Liga que pusieron pie en pared con el antisemitismo. Un basta ya de tonterías que Irving no se esperaba. El jugador pensó que todo se resolvería con el paso de los días, con un nuevo tirón de orejas, otro comunicado de palabras amables para no incomodar a una de las superestrellas de la NBA. Pero no.

Las notas de prensa fueron, poco a poco, elevándose en tono. De no aparecer su nombre en ellas a exigir el propio Adam Silver, comisionado de la Liga, una reunión para aclarar el asunto con un Irving que solo cuando se vio desbordado social y públicamente pidió perdón de verdad. No con medias tintas como al principio, sino explícitamente y sin ningún tipo de escondrijo en sus palabras, que pueden haber llegado tarde en el plano económico tras la decisión de Nike de separarse de él. Y, ahora, como un alcohólico deberá seguir los seis pasos para redimirse y retornar a una pista de baloncesto.