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La oportunidad de Jokic: Murray y el sueño del anillo

Nikola Jokic recupera a Jamal Murray y la oportunidad del asalto al anillo que se tenían antes de la grave lesión del base titular.

Actualizado a
Jan 10, 2019; Denver, CO, USA; Denver Nuggets center Nikola Jokic (15) reacts with guard Jamal Murray (27) after a play in the third quarter against the Los Angeles Clippers at the Pepsi Center. Mandatory Credit: Isaiah J. Downing-USA TODAY Sports
Isaiah J. DowningUSA TODAY Sports

A 30 de agosto de 2020, Jamal Murray era un héroe. Acababa de anotar 50 puntos a los Jazz en la burbuja de Orlando, el segundo partido de la serie en el que alcanzaba dicha cifra. El último en hacer semejante gesta fue Michael Jordan en 1993, en esas heroicas Finales ante los Suns previas a su primera retirada. Jamal era, en ese momento, el mayor atractivo de la NBA, un base que salvó a los Nuggets de la eliminación con un 17 de 24 en tiros de campo y un 9 de 12 en triples. A la conclusión, llevaba tres encuentros de 18, 17 y 17 lanzamientos anotados, además de 50, 42 y 50 puntos. De repente, el equipo de Colorado no era el de Nikola Jokic, era el de Jamal Murray, ese jugador que había destacado en el instituto antes de pasar un solo año en la Universidad de Kentucky y poner rumbo luego a una Liga, la mejor del mundo, en el que destacó de forma constante pero no terminó de explotar. Hasta entonces.

Esa serie y esos playoffs encumbraron a un Jamal Murray que se quedó en 17 puntos en el séptimo encuentro, pero contó con un Jokic sobrehumano (34+14+4) y con muchos fallos típicos de los séptimos partidos, incluido el de Mike Conley para clasificar a los Jazz, un proyecto en ebullición entonces, pero condenado a un fracaso que ha terminado llegando este último verano. Murray promedió en esa serie 31,6 puntos, 5,6 rebotes y 6,3 asistencias, sólo 2 pérdidas, anotó 32 triples en 60 intentos en siete partidos, estuvo en pista 38 agotadores minutos de media y se fue a un 55% en tiros de campo... y un 53% desde el exterior. Murray se fue a más de 26 puntos y 6 asistencias en esos playoffs, por encima del 50% en el lanzamiento y con un espectacular 45% en triples en 19 partidos. Los Nuggets cayeron en las finales del Oeste ante los Lakers por 4-1, pero todo eran conclusiones positivas. El futuro era del equipo de Colorado.

Todo se torció unos meses después: el 13 de abril de 2021, durante la temporada siguiente a su gran exhibición, Jamal Murray se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha. Los Nuggets perdían así de cara a playoffs a su otro gran hombre, el mejor complemento de Nikola Jokic, un base que en su asociación con el pívot, había permitido a los Nuggets soñar con llegar muy lejos en playoffs y, quién sabe, si también con el anillo. La lesión, una de las dos peores que se pueden sufrir en el baloncesto (la otra es el tendón de Aquiles), impidió que los Nuggets, huérfanos en la posición de playmaker, pasaran de semifinales de Conferencia (ante los Suns) y el retraso en los tiempos de recuperación provocó que Murray se ausentara también en la totalidad del curso baloncestístico 2021-22. Un golpe muy duro para el proyecto.

Un retorno, una esperanza

Se puede pensar, sería lógico y legítimo, que las lesiones han apartado a los Nuggets de la posibilidad del asalto al título en los mejores años de su estrella eterna (Nikola Jokic) y su estrella ausente (Jamal Murray). Pero la recuperación del base es un hecho y eso, unido a la consolidación de Mike Malone en el banquillo, a los buenos movimientos en el mercado de las dos últimas temporadas y a la todavía precoz edad de la plantilla y de sus líderes, abre una pequeña ventana a la esperanza. El nivel que tenga Murray en su retorno será esencial, así como el cuidado de su físico, los minutos que juegue y la capacidad que tenga, muchas veces innata en algunos deportistas, para evitar caer de nuevo lesionado. Pero su mera presencia mejorará el puesto de base y dará más opciones a los Nuggets, especialmente en una ofensiva monopolizada la última temporada y media por un Jokic infatigable que ha tenido que tocar el balón en prácticamente todos los ataques de su equipo.

El retorno de Murray lleva también una salida, la de un Monte Morris que iba a tener sus minutos considerablemente reducidos con el la llegada de Jamal. Pero Bones Hyland sigue en la plantilla y será un filón desde el banquillo, mientras que la intendencia no solo se mantiene, sino que aumenta con el fichaje de un polivalente Kentavious Caldwell-Pope, que se enfrentó a los Nuggets en las ya mencionadas finales del Oeste, en 2020, con anillo incluido. Si Michael PorterJr., otro hombre asolado por las lesiones, vuelve a buen nivel y mejora en defensa, el quinteto lo formarían Murray, Caldwell-Pope, el propio Porter, un Aaron Gordon que llegó en febrero de 2021 (unas semanas antes de la fatídica lesión de Jamal) y, claro, Nikola Jokic. El, recordemos, MVP de las dos últimas temporadas y también uno de los mejores jugadores europeos de la historia y uno de los tres más completos y determinantes del baloncesto mundial actual. Con eso, y un banquillo lleno de buenos nombres y gente con demostrada calidad (Ish Smith, Hyland, DeAndre Jordan, Bruce Brown, Jeff Green...), los Nuggets son uno de los equipos a seguir de la NBA. Sin ninguna duda.

Así están las cosas en Colorado. La franquicia ha pisado dos finales de Conferencia en el siglo XXI (la otra fue en 2009, con Carmelo Anthony en el equipo), solo han pistado dicha ronda una vez más en su historia en la NBA (1985) y unas solitarias Finales en la ABA (con Larry Brown de entrenador) son su bagaje histórico. En un Oeste con otros retornos (Kawhi Leonard y Paul George a la cabeza) la regularidad en regular season de este equipo, con la fina inteligencia de Mike Malone, y su reparto de roles y de minutos, está más que demostrada. Los Warriors (cómo no) serán el rival a batir, los Mavericks estarán presionando, los Grizzlies van en auge y los Clippers tendrán mucho que decir. Pero la opción para los Nuggets, un mercado pequeño con jugadores muy grandes, existe. Con todos sus efectivos sanos, es el momento de Jokic, dueño de la NBA con solo 27 años; y de Murray, al que el futuro le espera con tan solo 25. Ahora, falta por tornar el sueño más difícil en deliciosa realidad. El del anillo.