Maxey es el héroe de los Sixers

Primer partido, primera victoria. En este caso para los Sixers, que esperaban más oposición (o, al menos, la esperábamos nosotros) de unos Raptors que no estuvieron en ningún momento en el encuentro. Siempre al acecho, no se decidieron (o no pudieron) a pisar del todo el acelerador y meterse en el choque. Y el equipo de Philadelphia se impuso y se adelanta en una elimminatoria de la que se ha hablado mucho y en el que son ellos los que más tienen que perder. Por tener ventaja de campo, estar en un puesto más alto de la clasificación, tener más talento puro y ser la diana de la opinión pública, que les ha denostado tras la llegada de James Harden y esas cuatro exhibiciones iniciales que no se han mantenido en el tiempo.

Los Sixers llegaban con dudas a la serie y esta victoria puede despejarlas solo ligeramente. Harden ha demostrado, una vez más, que no es el compañero ideal: el tiempo que asume de balón y el modo en el que ralentiza el juego provocan que el estilo de juego de un equipo varíe notablemente. Y sus escapadas nocturnas, unidas a su poca ética de trabajo y su cuestionamiento como compañero, son otras de las cosas que han provocado que salga por la puerta de atrás de los tres equipos en los que ha estado: los Thunder en su día (tras las Finales de 2012), los Rockets tiempo después y los Nets de forma muy reciente. Y ahora, en un nuevo lugar y peligrosamente cerca de los 33 años (los cumplirá el próximo 26 de agosto), no parece que las cosas vayan a ser distintas.

De momento, la victoria es una bendición, pero los Sixers tienen que superar la ronda para poder demostrar que son un candidato lejano a un título siempre esquivo. Se ponen 1-0 ante los Raptors, un equipo cuya esencia de defensa exterior puede ser muy útil ante James Harden y la falta de respuestas de Doc Rivers, pero que se han enfrentado en esta ocasión a un invitado de lujo: Tyrese Maxey. El escolta se ha ido a 38 puntos (21 en el tercer cuarto) en una serie de lanzamiento espectacular: 14 de 21 en tiros de campo, 5 de 8 en triples y 5 de 5 en tiros libres. Y ha aportado además 4 rebotes, 2 asistencias, 0 pérdidas y un +20 con él en pista. Una actuación espectacular y un héroe tan inopinado como merecido en el estreno en playoffs de la última versión de este proyecto de los Sixers. Uno que, recordemos, ni siquiera ha disputado unas finales de Conferencia, algo que la franquicia no hace desde 2001.

James Harden y Joel Embiid acompañaron a su (por una noche) líder en la lejanía: La Barba se fue a 22 puntos, 5 rebotes y 14 asistencias otra vez con problemas de tiro (6 de 17), pero solo 1 pérdida. El pívot sumó 19 puntos y 15 rebotes, además de 4 asistencias. Dos actuaciones aceptables a las que se sumó la de Tobias Harris (26 tantos) y un buen papel de la intendencia. Los Sixers ya ganaban de 18 puntos al descanso (69-51), ganaron todos los parciales, llegaron a sumar victorias de 24 puntos y anotaron 29 puntos en transición. Buenos números y buenas sensaciones ante un público que entiende el baloncesto pero que necesita con presteza que su equipo opte al anillo y no se quede hundido en medio de un proyecto sin rumbo. Con un entrenador al que se le ha acabado el aura (veamos s la rcupera) y un directivo (Daryl Morey) que se empeñó en traer a Harden.

¿Y los Raptors? Tendrán que ajustar. Es algo inherente a los playoffs, a los saltos entre un partido y otro y a todo lo relacionado con la lucha por el título. Anunoby se fue a 20 tantos, Pascal Siakam a 24, Scottie Barnes hizo un poco de todo (15+10+8) hasta que se tuvo que retirar lesionado al recibir un duro pisotón involuntario de Embiid, Gary Trent estuvo negado en el tiro (2 de 11) y Fred VanVleet se quedó en una aportación insuficiente (18 puntos y 6 asistencias). Los Raptors permitieron triples liberados, la variante que van a tener que cerrar ante la imposibilidad de frenar a un Embiid para el que no tienen oposición. Y recibieron 131 puntos, una cifra contra la que no van a poder competir en ningún partido. Es el estreno y ahora llega el momento de la verdad; el del 2-0 o el 1-1. El de ver si los Raptors están realmente para competir contra los Sixers y de si los Sixers son verdaderamente u candidato legítimo. El momento más emocionante.