NBA | MAVERICKS 93 - JAZZ 99 (0-1)

Doncic es necesario ya

El primer partido de la serie ante los Jazz se le fue escapando de los dedos a los Mavs poco a poco. Se notó la ausencia de Luka Doncic por lesión.

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Los Playoffs de la NBA estaban destinados a ser los primeros en los que Luka Doncic pudiera superar la primera ronda. Los dos años anteriores, primero en la burbuja y luego en la atípica temporada que tuvo lugar el año pasado, se toparon con los Clippers en esa eliminatoria de entrada y acabaron de vacaciones antes de tiempo. En el presente curso habían ajustado bien, obra de Kidd, después del traspaso de Kristaps Porzingis con el que llegaron Dinwiddie y Bertans. Han acabado en cuarto lugar de la Conferencia Oeste, con el factor-cancha a favor, y se miden a unos Jazz que se han alejado de la regularidad en los últimos meses y cuya pareja estelar, Mitchell y Gobert, estánm en cuestión de forma permanente. Todo muy bonito, pero Doncic no contaba con no poder empezar la serie. Por una lesión en la pierna izquierda se tuvo que bajar del primer partido y queda ver si podrá jugar en el segundo, tercero o cuarto. Es posible que fuerce visto lo visto en el primer duelo.

Utah se ha cargado el factor a favor que tenía Dallas, que cayó en casa por 93-99. Estos playoffs empezaron con esta serie, pese a ser del Oeste, por Doncic, un garante del horario internacional que tanto está promulgando la NBA los fines de semana; lo hacen con caída. 0-1 para los de Snyder, que supieron jugar sus bazas a pesar de que a punto estuvieron de dejar escapar una oportunidad de oro.

Los Mavericks supieron jugar sin su MVP durante algunos minutos, pero se hacen demasiados para un momento tan importante de la campaña. Defensa aguerrida, con ella rompieron en la primera parte y supieron bajar la frecuencia cardiaca del duelo en los últimos ocho minutos para tener una mínima opción. Anularon a Mitchell durante esa primera mitad y Gobert terminó habiendo aparecido en defensa cambiando tiros pero lanzando sólo uno en juego en todo el partido. Buena labor. En la ofensiva, sin embargo, faltaron ideas después del descanso y ese pensamiento monotemático se hizo patente en las jugadas decisivas, en las que pudieron anotar con fluidez para darle la vuelta al marcador. El encuentro no tuvo el toque esloveno y fue de no demasiada calidad, pero en ésas se supieron mover los Jazz para arrancar una victoria de valor doble y que pone la cuestión en si Luka Doncic debe arriesgar ya o se puede esperar a ver cómo sigue avanzando esta eliminatoria.

Mitchell empezó supererrático para terminar siendo uno de los que cambió para bien. 0/6, su peor comienzo en un encuentro de playoffs, y terminando la primera mitad en 1/9 en tiros de campo. Sus compañeros lo fueron arreglando hasta que se entonó. Los apoyos de Brunson para fintar a sus rivales, algo en o que es un maestro, y la gallardía de Dinwiddie a la hora de ir hacia el aro dieron las primeras ventajas a los Mavs. Un par de triples encadenados de Dorian Finney-Smith (que se tenía que multiplicar en defensa y ataque) les dio siete puntos antes de acabar el primer periodo. Algo peor se les dio el último tramo del segundo, donde los Jazz empezaron a reaccionar. Bojan Bogdanovic no sólo ganaba la partida metiéndose por velocidad y lanzando por encima de los defensores, es que se enganchaba al poste bajo y sacaba rédito sin ser ésa una especialidad de la casa. Con el escolta croata siendo el mejor esos minutos los Jazz aterrizaron en el descanso por delante en el marcador.

El espectáculo era feote y lo más interesante en el intermedio fue el show circense que ahí dio Loop Rawlins con un látigo. Ése era el nivel. Gobert estaba tocando poco balón y así terminaría, pero era capital en defensa. Pese a que las opciones no pasaron por él se fue aclarando el papel de los Jazz en ataque gracias al despertar de Mitchell (el que no pone el esférico en sus manos). Al parcial de 2-13 con el que terminó el segundo periodo se le añadió un 5-14 a mitad del tercero en el que Donovan tuvo todo el protagonismo. Empezó e elegir los tiros con más cabeza y a combinarlos bien con las opciones que les daban Bogdanovic o Conley, repartiendo juego para hacer daño a los Mavs de maneras tan diversas que no les pudiesen frenar. Y así fue. Les valió el tiempo suficiente como para poner tierra de por medio que los locales no pudieran quitar en lo que quedaba de cita. Los árbitros dieron un paso adelante y el encuentro se embarró. Los Mavs sacaron tajada. Si su rival le estaba comiendo en la pelea por el rebote, ellos fueron inteligentes para enviarse a sí mismos a la línea de personal viendo que ahí iba a ser más fácil sacar puntos.

Fallaron demasiado desde esa posición, sobre todo Spencer Dinwiddie, pero llegaron al punto que querían: poder pelear el partido en condiciones más que aceptables. A falta de seis minutos los Jazz tenían un +11 y a los últimos dos entraron sólo con un punto de desventaja.

El que terminó siendo el que aseguraría la victoria para los Jazz cuando tanto se acercó el conjunto de Texas fue Royce O'Neale. Arrojando agua fría después de la también aparición estelar de Maxi Kleber. Los dos son, además, dos que pasaron por la ACB con menos acierto que por la NBA. Royce recibió con 91-92 y en el último minuto un balón en la parte derecha de la cancha, dio un paso al lado para hacerse sitio y anotó el triple de la sentencia. Además lo acompañó con un gesto en el que mandaba callar al público. Fue la única canasta que metió este sábado.