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Pau Gasol, sobre su futuro: "Los Warriors me han abierto las puertas"

El exNBA habla de lo que hace tras retirarse, rememora su relación con Kobe Bryant, las posibilidades de Reyes y Llull en EE.UU. y su futuro cercano.

Lluís GenéAFP

Pau Gasol ha pasado por el podcast de J.J. Redick, con quien compartió batallas en los años dorados de los Lakers junto a Kobe Bryant, para repasar cómo está tras su retirada y echar la mirada hacia atrás para repasar una carrera legendaria. En la charla de The Old Man And The Three el barcelonés, que reside en San Francisco con su mujer y su hija, desvela que los Warriors le están dejando participar en la actividad del equipo, además de contar historias de su pasado no sólo ligado a Los Ángeles sino a Memphis, Barcelona o, incluso, su frondosa barba de 2006.

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Pau habla como jugador retirado. A ese punto llegó a finales de 2021, después de haber vuelto a España para terminar su carrera en el Barça. Los conductores le preguntan, también por la cercanía de la retirada de Redick de la NBA, si echa algo de menos: "Me fijo en el presente y en lo positivo que tiene. El pasado está atrás y no puedo tocarlo. Ahora estoy mejor siendo padre, marido, etc. La flexibilidad que tengo me hace decir, por ejemplo: 'Vamos a coger un avión e irnos a Hawái. ¿Cuánto: una semana, dos o tres?'. En esas cosas sí es mejor la vida".

No todo es de color de rosa, por supuesto. Gasol se para en un aspecto concreto que le pasaba nada más dejar la práctica profesional del baloncesto: "Hay momentos en los que estás ansioso. En los primeros meses me despertaba en mitad de la noche y mi corazón iba a mil. Pero es parte del proceso, es normal". Estando en San Francisco el equipo de la ciudad es uno de los que le está abriendo horizontes laborales: "Ahora estoy explorando algunas opciones. Los Warriors me han abierto las puertas para ser parte de reuniones. Ojalá poder hacerlo más y más".

Insiste en que el proceso es gradual. Positivo, claro, por haber superado una grave lesión que le forzó a casi dos años para acabar la carrera en sus propios términos:

"Ya me había retirado de la NBA pero firmé con el Barcelona. Mi objetivo era volver a las pistas. Volví al equipo con el que comencé y pude ir a los Juegos Olímpicos, los quintos, que fue algo muy especial. Después vi que había que darle la vuelta a la página y terminar. Pero no hay forma de prepararte para todo esto"

"Cuando firmé con Portland después de la primera cirugía, venía de que mi doctor me dijera que en seis meses podría hacer la pretemporada y jugar con el que equipo que fuera. Pero, a dos semanas de jugar mi primer partido con los Blazers, me dijeron: 'Esto no va bien'. En ese punto pensé: 'Esto no es para lo que he trabajado tanto esos meses y puede que aquí se acabe mi carrera'. Y, como miembro de la NBPA que era, también empecé a pensar en el cambio de capítulo de mi vida en otro sentido. Tienes que estudiar, educarte, entablar buenas relaciones... Y en ese momento llegó la pandemia, más adversidad, y me preguntaba qué iba a hacer para captar esa fase y sacar lo mejor de ella. Y fue bien y tuve buen final"

Pau, cuya madre es médica y cuyo padre es enfermeró, mamó esa rama de la salud en su casa desde muy pequeño. Tuvo que decidir cuando empezó la universidad y comenzó a destacar en el baloncesto: "No me podía perder clases de Medicina. Y, estando con el Barça B, me empezaron a llamar del primer equipo, tuve que viajar a partidos fuera y empecé a no ir a clase. Aquel año fue así. No me podía sacar ni el carné de conducir. Tenía que decidir entre las dos formas de vida y me di un año: aposté todo a una de las dos y fue bien".

Llegó la NBA y, tras Fernando Martín, un segundo hombre en el espacio para España. Pero para un jugador todavía por hacer en términos físicos y mentales el cambio era enorme con lo que había vivido en la ACB: "El mayor cambio era la cantidad de partidos. Y la mentalidad también: venía de ganar en España y con los Grizzlies llegué a perder cuatro partidos en una semana. Era un estilo mucho más físico, prepararte más en ese campo que mentalmente para no quedar lastimado. Es una liga de supervivencia. Hay grandes contratos y se juega por un sitio, debes ganarte el respeto. Y es una competición más individualista, en Europa se juegan las posesiones más largas y se pasa más el balón, y también el talento es obviamente mayor".

El pívot cuenta lo que se le pasó por la cabeza tras aquel Draft de 2003, en el que los Grizzlies traspasaron a Shareef Abdur-Rahim a unos Hawks que acababan de seleccionar al español en la tercera posición: "Cuando llegue a la NBA sólo lo hacía persiguiendo mi sueño: jugar con los mejores del mundo. No sabía nada de Memphis ni de Atlanta. Me sonaba Elvis, era con lo único que estaba familiarizado. Recuerdo, eso sí, que en ese momento me alegré de que el equipo se hubiera mudado de Vancouver. En términos de impuestos significaba que más dinero iba a ir a mi bolsillo y más cuando tenía que pagar mi salida del Barça". Redick añade, en tono de broma, que en California, cuando estaba en los Lakers, fue donde los hombres de los impuestos le cogieron la medida: "Ahora resido en California también. Pero es una bendición, es un buen problema para tener".

Después de repasar sus años derrotados en Memphis, en los que incluso Mike Fratello le aconsejó que cambiara el aspecto físico (por eso se dejó crecer el pelo y barba que tan famoso le hizo en la época del Mundial de Japón de 2006) y amedrentar a los rivales, donde se llevaron tres ceros en tres series de playoffs para las que se clasificaron (no ganó ni un partido de eliminatorias hasta que se marchó de los Grizzlies), momento para los Lakers, la llegada al planeta de Kobe Bryant y los dos títulos consecutivos al final de la primera década del siglo XXI. Así lo explica Pau:

"Lo primero que me sorprendió es que me traspasaran. Le había dicho al equipo que no estaba contento. Estaba frustrado. Pedí el traspaso la temporada anterior, no se me concedió y pensé que seguiría en Memphis. Pero sucedió después. Me lo dijeron y tuve que procesar primero que había sido traspasado antes de darme cuenta de que era a los Lakers. Antes nos habíamos encontrado en Barcelona, en un hotel, y hablamos de que ambos estábamos viendo nuestras situaciones (Chicago tenía interés en él), pero yo me quedé con que nunca podríamos jugar juntos porque Memphis quería cambiarme y él no iba a ser el que fuera allí. Empecé a presionar para que miraran cómo jugaba mi hermano, al que los Lakers habían drafteado, y encontraron una forma de hacer posible ese traspaso"

"Kobe estuvo entusiasmado desde el principio. Como hombre inteligente que era, sabía que era su oportunidad. Desde que llegué al hotel de Washington. Llegué allí a la una de la madrugada y jugábamos por la mañana y me dijo que le llamara en cuanto terminara todas las entrevistas para que viniera a mi habitación. No espero ni al día siguiente. Vino y me dijo: 'Estoy muy contento de que estés aquí, tengámoslo claro, pero ahora vamos a ganar el puto título. Sé que estás preparado, vamos a hacerlo'. Asi que me di cuenta de que así iba a ser todo, tenía que seguirle y hacer todo lo que me dijera. Y el impacto fue inmediato: me ponía en situaciones en pista en las que era dominador y podía hacer una diferencia"

"Cuando él sentía que no estaba a ese nivel de más que él pedía, se daba cuenta y me hacía esa mirada suya y me decía: 'Ey. ¿Preparado? Es el momento'. Nos mirábamos así y eso era todo"

"Recuerdo un momento en el que me testó. Después de los Juegos de Pekín, en 2008, decidí que me tomaba un tiempo para descansar el cuerpo. Volviendo a los Lakers, en la pretemporada, Phil [Jackson] canceló uno de los entrenamientos y él me pidió que echáramos un uno contra uno en el poste. Yo no había hecho nada de actividad desde los Juegos, pero él no había parado. Me pateó el culo, claro. Le decía: 'Frena un poco, tío, que voy a acabar quemado'. Quería saber en qué punto estaba. Me respondió: 'Aquí no hay tiempo para decansar. El pie siempre tiene que estar en el pedal'. Eso un buen ejemplo de cómo estaba siempre activado"

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También se habla en esta conversación de las batallas entre Estados Unidos y España, sobre todo, en 2008 y 2012. También de los jugadores con los que la Selección trató de destronar a los números uno: "Me sorprendió que Juan Carlos [Navarro] no tuviera mejores ofertas para quedarse más tiempo en la NBA. Le convencí yo para que probara allí un año o dos y me traspasaron aquel año. 'Me has dejado tirado", me decía. Estuvo en uno de los quintetos de novatos, pero se volvió al Barça, allí terminó su carrera y ahora es el mánager general". Da, aparte de Rudy, 'Chacho', Ibaka o su hermano Marc, que han probado las mieles de la gran liga, dos nombres más: "En aquellos equipos estaban también Felipe Reyes, un gran tipo que podría haber jugado en la NBA, o Sergio Llull, que ha tenido una carrera increíble en Europa y creo que habría hecho diferencias en la NBA si hubiera elegido jugar allí". Y es que el papel de los europeos ha cambiado muchísimo desde aquellos años, y de los pretéritos en los que él era el chico nuevo, por lo que le alegra que el dominio de la NBA tenga ahora gen extranjero: "Doncic, Jokic y Antetokounmpo son top-10 de la Liga. Los últimos MVPs son europeos, lo que es extraordinario. Estoy muy orgulloso de lo que el baloncesto internacional ha conseguido: ya no es llegar y ser All-Star o ganar un campeonato, es ser uno de los mejores de la Liga día sí y día también. Y la NBA lo ha hecho muy abriéndose a ese enorme talento".

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