Un nuevo problema para Garuba
Nueva lesión, ahora en el tobillo, para el pívot español, que no está pudiendo tener ritmo de juego en los Rockets. "Tiene muy difícil entrar en la rotación", dice su técnico, Stephen Silas.
Con 20 años, Usman Garuba ya sabe hasta qué punto es difícil vivir el sueño NBA, abrirse paso en una Liga que es otra dimensión, una galaxia diferente. El pívot de Azuqueca de Henares ha ido de mala en mala noticia tras una temporada pasada en la que tuvo momentos deslumbrantes con el Real Madrid (como la épica seria de cuartos de la Euroliga, contra el Efes) y estuvo en los Juegos Olímpicos con la Selección española.
Primero, Garuba cayó más debajo de lo que se preveía en el draft, hasta el número 23 y elegido por unos Rockets que seleccionaron antes a otro pívot europeo: Alperen Sengun, el turco que se llevó el pick 16 dentro de una reforma integral del equipo texano, con otras dos selecciones en primera ronda, el escolta Josh Cristopher (24) y sobre todo Jalen Green, el flamante número 2 y el jugador llamado a ser la nueva referencia de la franquicia. Green ha tenido altibajos pero está terminando bien el curso, con suficientes buenas noticias pese a rachas de malos porcentajes y juego deslucido. Sengun ha gustado mucho por su toque en ataque, su visión de juego y sus movimientos en el poste. Parecen dos jugadores que serán esenciales en el futuro inmediato junto a un próximo pick de draft que será de los primeros otra vez porque los Rockets son el peor equipo de la NBA: ahora 17-52. En las tres primeras posiciones, por ejemplo, serán elegidos si no hay gran sorpresa jugadores interiores: Jabari Smith, Chet Holmgren y Paolo Banchero. Eso hace que la presión vaya a ser todavía mayor para estar en la rotación de la próxima temporada, para sumarse al núcleo duro de la reconstrucción.
A Garuba, desde luego, no le ha acompañado la suerte. Más allá de que no tiene el arsenal ofensivo del que ya dispone Sengun y de que en la NBA se empequeñece la aportación física con la que tenía minutos diferenciales ya, pese a ser un jugador todavía en proceso, en el Real Madrid. Pero es que ha tenido un problema en un muslo, un paso por los protocolos COVID y una fractura de muñeca que sufrió en enero con Rio Grande Valley Vipers, el equipo de la G League asociado a Houston Rockets. Allí, en la Liga de Desarrollo, acumulaba los minutos que no estaba teniendo en la NBA. Después de más de dos meses, volvió a jugar con los Rockets contra los Pelicans, siete minutos ya con el partido resuelto pero su primer paso por pista desde el 11 de enero. Su entrenador, Stephen Silas, aseguró que de aquí a final de temporada, con todo el pescado vendido para su equipo, intentaría ver más a Garuba en minutos NBA… pero el español no jugó contra los Suns, ni siquiera en el último cuarto con el partido ya sentenciado.
Según Jonathan Feigen, que cubre la información de los Rockets para el Houston Chronicle, Garuba sufrió un esguince de tobillo entrenando, en ejercicios de tres contra tres, en un entrenamiento previo al partido de los Suns. No jugará esta noche contra los Pacers, eso seguro, y está por ver qué pasa con él en los doce partidos que le quedarán después a la temporada de los Rockets. Porque, incluso sin este último problema físico, Silas parecía inclinado a enviarlo de nuevo a la G League: "Seguramente tendrá que pasar más tiempo con los Vipers porque ahora va a ser difícil para él tener minutos. Tenemos a Christian Wood, a Alperen Sengun, a Jae'Sean Tate, a KJ Martin... Son cuatro en la rotación, para él sería muy difícil hacerse con minutos sólidos ahí. Así que seguramente tenga que bajar otra vez a los Vipers, jugar más y, si acaso, regresar. Pero va a ser muy difícil para él meterse en la rotación".
El técnico sabe cuáles tienen que ser las prioridades en un año tan difícil: "Realmente, se trata de que recupere el ritmo. Ha estado mucho sin poder jugar. En la G League hizo cosas muy bien: defensa, rebotes... y el otro día hizo un buen trabajo en los pocos minutos que le pudimos dar. Defendió bien, puso un tapón, se movió bien en ataque".
Garuba ha jugado solo en 16 partidos de los Rockets, un total de 112 minutos (7 de media). Ha metido 22 puntos (1,4), capturado 37 rebotes (2,3). Y ha totalizado 8 asistencias, 7 tapones y 8 robos. Ha sumado 9 canastas en juego (6/11 en tiros de dos, 3/14 en triples) y un 1/2 desde la línea de personal. Números testimoniales en una temporada que ha sido un paso en falso pero que seguramente le ha servido para coger experiencia, calibrar la realidad de ese universo NBA en el que por ahora tiene el futuro asegurado: 2,4 millones de dólares de contrato garantizado la próxima temporada. Para las dos siguientes, ya estará pendiente de las team options (opciones de renovación unilateral del equipo) de los Rockets, por 2,5 millones (temporada 2023-24) y 4,3 (2024-25).