HOUSTON ROCKETS

El 'annus horribilis' de Usman Garuba

El paso por el quirófano casi da por cerrada (los Rockets no jugarán playoffs) la primera temporada en la NBA para el español. Un curso difícil y en el que ha tenido muy poco peso.

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El 'annus horribilis' de Usman Garuba

Stephen Silas, el entrenador de Houston Rockets, dijo que Usman Garuba “se cayó”. No hubo más datos sobre una lesión que no se produjo jugando (no en partido oficial) y que acabó siendo “peor de lo que parecía al principio”. Las pruebas confirmaron los malos presagios: fractura en la muñeca izquierda, paso por el quirófano y un periodo de baja estimada en hasta ocho semanas. Eso lleva la recuperación hasta finales de marzo, con el último partido de fase regular de los Rockets, que no estará en playoffs, fijado para el 10 de abril. Un mes en el que el equipo texano solo jugará cinco partidos.

Un golpe, por lo tanto, casi definitivo a la primera temporada en Estados Unidos del pívot de Azuqueca de Henares, que desde luego no lo está teniendo fácil. Fue elegido en el número 23 del draft, por debajo de lo previsto, y su presencia ha sido mínima en un equipo en el que tendría que haber tenido, por su situación y sus prioridades, más oportunidades. Los Rockets son el peor equipo del Oeste: 14-34 ahora, por debajo del 30% de victorias. Están en el segundo año de la compleja reconstrucción posHarden, después de ocho años en los que fueron los únicos que estuvieron siempre en playoffs (casi un 64% de promedio de victorias entre 2013 y 2020).

Los traspasos de las estrellas, las derrotas de la pésima temporada pasada (17-55) y los movimientos de la noche del draft dieron a los Rockets, una franquicia que no juega unas Finales desde 1995, con Hakeem Olajuwon, cuatro elecciones de primera ronda. Un pilar sobre el que reconstruir. Con el número 2 llegó Jalen Green, un talento anotador llamado a ser el nuevo jugador franquicia... pero que está teniendo un año rookie muy irregular (14,2 puntos de media con un 37% en tiros de campo). Con las elecciones 16, 23 y 24 llegaron dos pívots europeos, el turco Alperen Sengun y Garuba, y el escolta californiano Josh Christopher.

De esos cuatro recién aterrizados, todos nacidos entre diciembre de 2001 y julio de 2002 (entre entre 19 y 20 años), Garuba es el que menos ha jugado con diferencia. De los 2.309 minutos que han estado en pista los Rockets, Green acumula 987 en 33 partidos (de 48). Sengun está en 727 en 40, Christopher en 644 en 40... y Garuba se descuelga mucho: 105 minutos en solo 15 partidos. Solo un 4,5% de minutos posibles para el ex del Real Madrid, que ha visto como, más allá de las esperanzas puestas en Green como número 2 del draft, Sengun ha emergido como un jugador importante y en el que los Rockets están poniendo mucha esperanza. Los dos tienen 19 años. El turco promedia 18,2 minutos con 8,9 puntos, 4,6 rebotes y 2,5 asistencias; Garuba está en 7 minutos con 1,3 puntos, 2,3 rebotes y más personales de media (0,6) que asistencias, robos y tapones.

La G-League tampoco propició el despegue

Los Rockets, y ya advirtieron en verano que ese camino era el más probable, enviaron a Garuba a su equipo de la Liga de Desarrollo (G-League), Rio Grande Valley Vipers. No es lo ideal, pero tampoco es una degradación. Los equipos suelen preferir que los jóvenes tengan minutos en esos equipos vinculados a que languidezcan en lo más profundo de los banquillos NBA. Garuba hizo ruido en su debut con los Valley Vipers (14 puntos sin fallo y 8 rebotes) pero, más allá del estreno y de su tapón ganador en el segundo encuentro, en cinco partidos sus promedios tampoco fueron brillantes en una Liga notablemente menor: 25,3 minutos con 9 puntos, 9,4 rebotes, 2,4 asistencias y un 45% en tiros.

En total, Garuba ha sumado en la NBA 19 puntos, 34 rebotes, 8 asistencias, 7 robos y 6 tapones. En enero y hasta su lesión solo había jugado 18 minutos. Su techo en un partido son 17, pero solo en cuatro ha llegado a 10. Sus topes sus 5 puntos (nueve partidos sin anotar) y seis rebotes. Las sensaciones, desde luego, no han sido buenas. En Houston ya contaban, era lo que se había visto de él en Europa, con un Garuba con mucho trabajo por delante en la faceta ofensiva pero con enormes posibilidades como defensor, un perfil contrario al de un Sengun que, con sus movimientos en la zona y su visión de juego desde el interior, ha gustado mucho y se ha colocado (por ahora)  por delante en el baile de la reconstrucción de la franquicia, un puzle de minutos para jóvenes, con más ojo en la evaluación de talento que en las victorias, que debería haber dado más oportunidades a Garuba. Esa es la realidad.

Convencido de su apuesta, que era dar el salto a la NBA en cuanto tuviera la oportunidad, Garuba no puede olvidar ahora que tiene mucho camino por delante y que, con solo 19 años, su camino en la mejor liga del mundo no ha hecho más que empezar. Su primer objetivo es reengancharse al trayecto de reconstrucción de los Rockets, unirse al núcleo joven (Green, Sengun, Kevin Porter Jr…) que sumará una nueva pieza valiosa en el próximo draft, donde los Rockets volverán a elegir muy arriba y donde, cuidado, las previsiones también sitúan a muchos jugadores interiores en el top 10: Chet Holmgren y Paolo Banchero, aspirantes al número 1, Jalen Duren, Keegan Murray… Después del quirófano llega la recuperación y, pronto, un verano en el que despejar la mente y trabajar duro. El camino está cuesta arriba, pero desde luego sigue ahí, no ha desaparecido.