El Real Madrid visita a un San Pablo Burgos de enhorabuena

Antes de la pandemia, el San Pablo Burgos presumía de contar con la afición más fiel de todos los equipos de la Liga Endesa. En una ciudad de poco más de 174.000 habitantes y con una media de asistencia por encima de los 9.000 (también en Champions en días de diario), el equipo ha sido uno de los que más ha notado las gradas vacías durante este tiempo. Pero dos años después, las gradas del Coliseum volverán a llenarse porque el Burgos-Real Madrid de esta tarde (18:30, #Vamos) será el primer encuentro desde marzo de 2020 en el que se permitirá un cien por cien de aforo.

El Burgos llega a este partido con confianza. El miércoles abandonó los puestos de descenso tras lograr tres triunfos seguidos (Surne Bilbao, Coosur Betis y UCAM Murcia) que dejaban atrás un inicio de curso para el olvido. Paco Olmos, que cambió Lugo por Burgos antes de Navidad, es el tercer entrenador que pasa por el equipo esta temporada tras Zan Tabak y Salva Maldonado. Además, el San Pablo, campeón de la Champions las últimas dos campañas, dijo adiós a las primeras de cambio a su competición fetiche. Y tampoco tuvo suerte en la Intercontinental de El Cairo.

El Real Madrid examina ahora el resurgir del equipo burgalés. "Es uno de esos partidos que ilusiona jugar", reconoce Olmos. "Jugar en nuestra cancha, con el ambiente que va a haber nos tiene que dar ese plus. Si cuando juegas contra ellos no piensas que puedes ganar no tienes nada que hacer". El Madrid llega líder, pero ha despertado algunas dudas en las últimas semanas. En ACB ha perdido cuatro de sus últimos cinco compromisos y hasta la victoria del jueves frente al Armani, el conjunto blanco encadenaba cuatro derrotas en Europa, algo que nunca había ocurrido en la era Laso. Rudy y Deck acabaron con molestias ante el Milán pero, en principio, jugarán. Más complicado lo tiene Williams-Goss, que podría unirse a las bajas de Taylor, Causeur y Alocén por unos problemas estomacales.