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NBA | CLIPPERS 132 - LAKERS 111

Los Lakers hacen lo imposible: que el ridículo sea mayor

En el derbi angelino, los Lakers sobrepasan la línea del bochorno y suman su cuarta derrota consecutiva en una noche típica de una temporada nefasta.

En el derbi angelino, los Lakers sobrepasan la línea del bochorno y suman su cuarta derrota consecutiva. Tyronn Lue es el dueño de Los Ángeles.
Gary A. VasquezUSA TODAY Sports

Ni disculpas ni esperanzas. Una noche más para los Lakers, los dueños de los mayores ridículos de la temporada, ese equipo que aspiraba a todo y por quedarse, si puede quedar incluso sin play-in. Esa previa que nadie quiere jugar será la última oportunidad de los angelinos para acceder a playoffs, pero es hasta optimista pensar, ya no solo que vayan a hacer un buen papel en la misma, sino que vayan a llegar. El equipo de Frank Vogel, que será despedido (ya es una certeza) cuando finalice la temporada, lleva cuatro derrotas consecutivas y está con un récord de 27-35, en el noveno puesto de la Conferencia Oeste pero con solo un partido de ventaja sobre los Pelicans, ese equipo que tiene entre sus filas a una ristra de ex jugadores angelinos que sirvieron, claro, para fichar a un Anthony Davis que solo lleva 37 partidos este curso... de 62 posibles.

El traspaso dio un anillo, el de la burbuja, pero las lesiones posteriores, la mala gestión de la directiva y el intrusismo de LeBron para fichar a Russell Westbrook han acabado siendo, en última instancia, la perdición para ellos. No ha habido reacción después del All Star, en el que LeBron dio la espalda al equipo y criticó, sin mencionarles, a Rob Pelinka y Jeanie Buss, además de dejar la puerta más que abierta a su marcha en 2023, cuando será agente libre. Y el público le ha respondido con silbidos mientras en redes sociales muchos se acuerdan de Kobe Bryant y de plantillas aciagas con récord superiores. Por ahí están los años de 2005 a 2007, en los que la Mamba Negra lideró a la entidad a récords de 45 y 42 victorias con la única ayuda de Lamar Odom y gente como Smush Parker y Kwame Brown en el equipo titular. Con 20 partidos tan solo por delante, parece complicado que vayamos a ver algo así este curso. Y, tal y como es la dinámica, prácticamente imposible.

Más allá de los debates de redes sociales, totalmente irrisorios y utilizados para justificar según qué postura, los Lakers hicieron otro gran ridículo, el enésimo, ante los Clippers, que ya van 7-0 contra los de púrpura y oro desde que Tyronn Lue llegó al banquillo. Un inicio espantoso, un amago de remontada que dejó al equipo a 3 puntos antes del descanso (66-63). Y luego, el ridículo total, como si los Lakers se esforzaran en demasía por superarse en el sótano de su propio fracaso: 18 puntos en todo el tercer cuarto que eran tan solo 9 con 1:19 para que concluyera. Del 66-63 se pasó al 100-72, un espanto de dimensiones épicas al que asistieron en primera fila Kawhi Leonard y Paul George, dos estrellas que no tenían nada que hacer y que siguen, claro, en el dique seco. A partir de ahí y con el choque encarrilado y prácticamente sentenciado, tedio y un dejarse ir tan obvio como casi molesto, sin honor ni corazón, sin posibilidad de ni esperanza ya de verlo por ningún lado.

En los Lakers, la estadística insulsa de siempre que ya no le vale a nadie: 26 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias de LeBron, 12 de Malik Monk, 17+8+3 de Russell Westbrook y 12 de Wayne Ellington para un equipo que falló tiro liberados de forma constante, se quedó en un 12 de 35 en triples, perdió 14 balones y permitió lanzamientos sencillos que sí aprovecharon sus rivales. En los Clippers, 36 puntos, 8 rebotes y 9 asistencias de Reggie Jackson, en una exhibición monumental que estuvo adornada con 14 tantos de Marcus Morris, 19+9 de Ivica Zubac, 12+5+5 de Isaiah Hartenstein, 11 de Luke Kennard (con 3 de 4 en triples), y 12+7 de un eficaz Robert Covington, activo en los dos lados de la pieza. Una nueva muestra de juego coral, gran defensa y jugadores comprometidos de un equipo que va 34+31, octavo de la Conferencia Oeste. Solo un puesto, parece mentira, por encima de los Lakers. Pero con sensaciones, claro, infinitamente distintas. No es para menos.