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NBA | NETS 107 - HEAT 113

Durant regresa en un naufragio

Los Nets se hunden en la segunda parte contra unos Heat sin Butler, Lowry y Tucker. Partidazo de Bam Adebayo y buen regreso de Kevin Durant en un equipo que cae ya al 50% de triunfos.

Durant regresa en un naufragio
Michelle FarsiAFP

Esta sería, si llega en primavera, una excelente serie de playoffs, desde luego. El talento contra el colectivo, el caos contra el orden, versos contra cemento. Heat y Nets, ahora mismo, ni siquiera son dos equipos diferentes: son dos formas de ver la vida completamente opuestas. Y sí, mezclarían (imaginamos) en una excelente serie de playoffs. Pero en ella (imaginamos también) estarían todos los que faltaban esta vez: en un lado Kyle Lowry, Jimmy Butler y PJ Tucker. En el otro Kyrie Irving y Ben Simmons. Sin cinco tan importantes, el triunfo de los Heat (107-113) dice poco de lo que sería ese teórico duelo futuro más allá de que las ausencias quedaron completamente oscurecidas por el regreso: Kevin Durant volvió a jugar.

KD no disputaba un partido desde el 15 de enero, más de medio y medio fuera de las pistas por una lesión de rodilla que ha tronchado a un equipo que era segundo y peleaba por la cabeza del Este cuando cayó su gran estrella. Desde entonces, 5-16 en 21 partidos sin él (el tercer peor balance de la NBA en ese tramo), el traspaso de James Harden y el hundimiento hasta lo que es ahora, con otra derrota más, el 50% de victorias (32-32). Octavo puesto del Este, a tres partidos del séptimo y, ojo, con solo uno de ventaja sobre el décimo, el último en play in.

Unos Nets teniendo que remar desde el último puesto de la repesca es, tal y como están las cosas, una posibilidad real. Sigamos especulando: en ese caso y si superaran los dos cara o cruz del play in, jugarían contra el primero del Este… ahora mismo Miami Heat (42-22), el cemento: dos partidos y medio de ventaja al segundo, los nuevos Sixers que, con James Harden a bordo, no van a dejar de ser comparados con los Nets. Buscamos ganadores y perdedores de uno de los traspasos más importantes de los últimos años. Por eso, esos dos equipos están unidos, sus futuros vinculados como vasos comunicantes.

Volvió KD y lo hizo con su majestuosa presencia intacta: 31 puntos, 4 rebotes, 4 asistencias, 10/21 en tiros, más de 35 minutos en pista. Falló sus dos primeros tiros pero anotó después cuatro para nueve puntos en el primer cuarto (35-23). Acabó con ocho puntos seguidos el primer tiempo, un tramo en el que los Nets amenazaron con romper el partido: 57-41 a 4:38 de un descanso al que se llegó en 67-60. Después llegó la zona de Erik Spoelstra y se hizo la noche en Brooklyn: 17 puntos y 6/28 en tiros para su rival en el tercer cuarto y un vuelco (84-88) ya sostenido hasta un final en el que los Nets casi remontan 12 puntos: con 107-109 fallaron triples Seth Curry y un Durant que pudo culminar la remontada pero no metió un tiro que normalmente anota con los ojos cerrados. Hasta ahí llegó el esfuerzo un equipo que es una incógnita gigantesca y así será, para bien o para mal, hasta el play in y los playoffs. Que jugó sin Kyrie y que no sabe cuando tendrá a Simmons. Y en el que esta vez no estuvo inspirado Seth Curry (8 puntos, 2/7 en triples). Los puntos de Patty Mills y el trabajo de un muy recuperado Bruce Brown (21 puntos) fueron las únicas buenas noticias de lo que ahora mismo es, básicamente, un gran signo de interrogante.

Al contrario que los Heat, con personalidad y forma incluso sin tres de sus mejores jugadores y en un terrorífico back to back tras jugar en pista de los Bucks (y perder por los pelos). Bam Adebayo (30+11+6), Max Strus (21 puntos), Caleb Martin (22 puntos) y Tyler Herro (27 y 8 asistencias) explicaron a los Nets la diferencia entre un equipo y una colección incompleta de talento. Les enseñaron para qué sirve tener una red de seguridad, forjada día a día, con la que sobrevivir a ausencias aparentemente letales. Pero da lo mismo, nada de lo que se escriba de este partido servirá, para bien o para mal, si en playoffs se cruzan las órbitas de dos equipos que son cuerpos completamente diferentes, entidades que ni siquiera hablan el mismo idioma: dos formas de entender la vida. Ahora mismo, eso sí, una mucho más saludable que la otra.