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NBA | LAKERS 99 - BLAZERS 94

Anthony Davis reina en las ruinas

Victoria de los Lakers en un partido horrible, en el que sufren pero superan a unos Trail Blazers pésimos. Carmelo Anthony puso puntos para un equipo que sigue perdido sin LeBron.

Anthony Davis reina en las ruinas
RONALD MARTINEZAFP

El partido fue un espanto glorioso, un catecismo de miserias, un canto a la fealdad, si se quiere (por dar una pincelada de luz entre tanta negrura) bien entendida. Porque a estas alturas de la película, a los Lakers solo les vale ir sacando partidos adelante. Rebañar por donde puedan, en cuanto el calendario les da tregua. Ir salvando los muebles y, al menos, asegurar la plaza de play in. Es triste, pero es lo que hay. No hay otro objetivo. Eso, que la rodilla de LeBron James vuelva a su sitio (sigue de baja), que suceda un milagro improbable en la semana que queda con el mercado de invierno abierto y que el equipo pueda jugar con LeBron y Anthony Davis juntos unos cuantos partidos. Algo que parece imposible en la última temporada y media. No hay más, pero sí hay menos. Así que lo que vale es ganar partidos. Como sea.

Como sea: los Blazers cayeron (99-94) en el Staples en una noche de terror. A ver quién cometía  menos errores, quién hacía menos por regalar la victoria; quién se salvaba, aunque fuera con un obvio síndrome del impostor. Fueron los Lakers. Que seguramente lo merecieron, aunque es difícil decirlo. Al menos, en el estado paupérrimo en el que se encuentran, pelean. Eso hay que reconocérselo. Lo hicieron en las duras derrotas contra Heat y Hornets (tras remontar) y Hawks (tras dejarse remontar)… Lo volvieron a hacer de vuelta en casa después de la agotadora gira por el Este, más descansados pero todavía, ay, sin LeBron. Básicamente ciegos y sordos.

Otra vez pareció que todo se vendría abajo, aunque solo fuera lo justo para perder; un par de malos golpes, de giros en la dirección equivocada. Que la derrota acabaría llegando, de alguna manera. Pero no fue así. Por dos asuntos decisivos: los Blazers fueron todavía peores, un desastre en movimiento. Y los Lakers tienen a Anthony Davis, cuya lesión y larga ausencia ha sido clave en que las cosas estén como están, y que (perdón por la insistencia) sigue sin pisar la pista a la vez que LeBron. Davis hizo que los Lakers defendieran fuerte, de salida y sobre todo en el último cuarto (7 robos). Y acabó con 30 puntos, 15 rebotes y 3 tapones. Anotó seis puntos para el 6-0 decisivo entre el 89-89 y el 95-89. En ese tramo final, salvó a su equipo a base de rebotes de ataque y pelea en las dos zonas. Con todo hecho, porque el sufrimiento tiene que alargarse hasta el final siempre, los Blazers tuvieron una última vida porque los Lakers fallaron seis tiros libres en los dos últimos minutos. Pero claro, a los Blazers de esta noche daba igual cuántas vidas les dieran: iban a desaprovechar todas, una detrás de otra.

Pues eso: los Lakers defendieron en el último cuarto, noticia, y atacaron tan mal como siempre pero ahora al menos tienen a Anthony Davis. Y pueden disimular un poco. Russell Westbrook forzó sin suerte (9 puntos, 10 rebotes, 13 asistencias) después de un partido pobre pero correcto en la dirección, y en un día negado de Malik Monk apareció Carmelo Anthony, 24 puntos, 8 rebotes y 5/6 en triples. Dado quién estaba enfrente, bastó Y es un 25-27, novenos del Oeste con cuatro partidos sobre el décimo, precisamente estos Blazers. Así que el triunfo abre camino y acerca (a medio partido) a unos Clippers a los que se enfrentan esta noche en una batalla con piedras y palos (sin LeBron, Kawhi, Paul George…).

Como en tantos y tantos partidos, los Lakers empezaron bien (28-16 el primer cuarto) y se hundieron después, incapaces en ataque y arrastrados por su incapacidad para cerrar el aro y cuidar las posesiones: 1-24 en puntos tras pérdida para los Blazers, que pusieron de su parte con un esperpéntico 35% en tiros. Más allá de una racha brillante desde la línea de tres en el segundo cuarto (parcial de 26-37), los de Billups no hicieron nada bien. Se quedaron en 41 puntos en la segunda parte y tuvieron tramos bochornosos de sequía en el último cuarto, incapaces incluso de acabar ataques contra una defensa que es una sombra de lo que fue en las dos últimas temporadas.

Los triples de Powell (30 puntos) casi enredan a los Lakers en un día muy discreto de CJ McCollum (15 puntos) y Simons (19). Nurkic fue más a menos, Covington trabajó mucho y falló todo y los Blazers dejaron una imagen espantosa en una derrota que los ata a la décima posición con los Pelicans a partido y medio. No es su año, como tampoco es el de los Lakers. Y el que quiera una prueba de esa cruda realidad para ambos equipos, que se ponga la segunda parte de este horrible partido. Uno que, básicamente, los Lakers acabaron ganando porque tienen a Anthony Davis. Y porque, claro, alguien tenía que ganar.