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NBA | MAVERICKS 114 - THUNDER 120

Desastre integral de los Mavericks

Los Thunder, el segundo peor equipo del Oeste, ganan en Dallas en la prórroga. Los Mavs remontan doce puntos en el último cuarto pero no cierran el triunfo en los segundos finales.

Desastre integral de los Mavericks
Jerome MironUSA TODAY Sports

Cuando los Mavericks parecían maduros, han llegado dos derrotas que cuestionan esa tensión competitiva, esa subida definitiva de nivel. Sí, están sin Kristaps Porzingis y sin Tim Hardaway Jr (este, para largo). Pero es que han perdido con el peor equipo de la Liga, Orlando Magic y, en casa y descansados, contra el segundo peor del Oeste, los Thunder (114-120). Y si a ellos les faltaban dos jugadores muy importantes, los de OKC no tenían a su estrella, Shai Gilgeous-Alexander. Si se suma que han recibido 230 puntos entre los dos partidos, se termina de dibujar una escena catastrófica. La poca tensión atrás durante muchos minutos fue muy visible contra los Thunder, y Luka Doncic dio un paso al frente para reconocerlo: “Es culpa mía, ha sido mi peor partido en defensa con diferencia y he tomado dos decisiones estúpidas en las dos últimas jugadas. Esto no debería suceder, es culpa mía”.

Para añadir dolor a una noche muy fea, los Mavs perdieron después de hacer lo difícil, de casi salvar los muebles con un acelerón final, de los de mal estudiante. Una canasta inicial de los Thunder puso el 76-88 en el inicio del último cuarto, después de 30 y 34 puntos de los visitantes, demasiados, en los cuartos impares. Jalen Brunson (acabó con 20 puntos y 4 asistencias) dirigió un amago de reacción (87-89) al que siguió un extraño colapso: más de cinco minutos sin anotar y 87-95 a falta de tres minutos y medio. Ahí apareció Doncic, que dirigió una remontada furiosa. Anotó 9 puntos y preparó el escenario para el triple, con suerte y tras rebote en el aro, de Reggie Bullock (23 puntos, 8 rebotes): 103-101 a falta de nueve segundos. Pero, con lo difícil aparentemente hecho, los Mavs enlazaron un despiste defensivo que permitió empatar a Kenrich Williams y un último ataque en el que Doncic se jugó un triple complicado. Falló. En la prórroga, el esloveno sumó más errores, recibió una técnica ganada a pulso y vio como Lu Dort enlazaba 14 de sus 30 puntos y mandaba a la lona, definitivamente, a unos Mavericks que se ganaron a pulso el castigo.

A Dort se le unieron Tre Mann (el mejor partido de su carrera: 29 puntos con 6 triples), el brillante rookie Josh Giddey (14+7+10) y la producción de Darius Bazley (13+11). Los Thunder sumaron su decimosexta victoria (16-34) y siguen con un partido de ventaja sobre los Rockets en el fondo del Oeste. No ganaban dos seguidos desde antes de Navidad, del mismo modo que los Mavs no enlazaba derrotas desde las mismas fechas. Así que sí, fue una sorpresa tremenda y un mal inicio para una tanda de seis partidos en casa, la más larga de la temporada, para los de Jason Kidd. Un tramo que incluye ahora visitas de Hawks y Sixers, dos huesos del Este, y dos seguidas de los Clippers, el enemigo más íntimo de Doncic y compañía.

El caso es que los Mavs han pasado de tener muy a tiro la cuarta plaza, y el factor cancha en primera ronda de playoffs, a verse a la misma distancia de ese puesto que del séptimo, y el peligroso play in. Y todo por dos derrotas con las que casi nadie contaba, dos partidos en los que el equipo ha estado lejos de su mejor versión, sobre todo en defensa. Doncic, que no pudo cerrar la victoria sobre la bocina y no estuvo nada bien en la prórroga, fue el responsable de la reacción final y acabó con 40 puntos (segunda vez que llega en la temporada), 6 rebotes y 10 asistencias. Un 16/33 en tiros con solo cuatro viajes a la línea de personal (3/4), 3 pérdidas por 3 robos… y un -17 en sus más de 43 minutos. Hizo mucho para que los suyos no se estrellaran después de un mal partido de todos y lo acabó estropeando, como si el karma hubiera querido dar una lección a un equipo que trato de ganar por el simple peso de la lógica, por inercia. Y no bastó, no esta vez y por segundo partido consecutivo contra rivales teóricamente muy inferiores.