Doncic, exhibición sin premio

Los Mavericks interrumpen su racha. Tras dos victorias consecutivas y tres en los últimos cuatro partidos, el equipo de Jason Kidd cae ante el rival más inesperado, los Magic, solo unas horas después de ganar a los Pacers en el homenaje a Rick Carlisle. Lo hicieron en una actuación extraña en la que especularon mucho con el marcador, mostraron demasiada indolencia y pensaron que la victoria iba a llegar sola ante un equipo claramente inferior (los Magic van 11-40 y últimos de la Conferencia Este). Sin embargo, los de Florida tuvieron más hambre en los instantes finales y vieron como los Mavericks fallaban una cantidad ingente de tiros liberados, por lo que se acabaron llevando una alegría en una temporada de transición para ellos y en la que harán algún movimiento, nunca se sabe, en este cierre de mercado, que llegará el 10 de febrero. Por ahí suena Terrence Ross.

El equipo liderado por Luka Doncic empezó por delante (34-23), pero se permitió el lujo de olvidar sus extraordinarios avances defensivos para recibir la friolera de 41 puntos en el segundo periodo, una cifra cercana a la ignominia que provocó el enfado de Jason Kidd y la desconcentración del equipo, nada focalizado en el momento que estaba viviendo. Desde entonces y a partir del tercer periodo, el enfrentamiento fue un toma y daca constante orientado a un final igualado y bastante feo en el que no ganó el que acertó más, solo el que falló menos. Una vorágine de fallos que llevaron el duelo hasta un final de infarto que los texanos no fueron capaces de resolver, a pesar de contar con oportunidades de sobra en forma de tiros abiertos e incluso tener el último balón con el que ganar el partido o forzar la prórroga.

Luka Doncic hizo un auténtico partidazo: 34 puntos, 12 rebotes y 11 asistencias, una actuación que redondeó con buenos porcentajes en el lanzamiento (13 de 22 en tiros de campo y un aceptable 4 de 9 en triples) y que solo estropeó con 6 pérdidas. Y el esloveno no se cebó al final; por un lado, anotó su último tiro de campo con 6:25 para la conclusión y, desde ahí, solo consiguió un tiro libre más y no lanzó más a canasta. Sin embargo, no entró en una vorágine de errores, reboteó bien, perdió un solo balón en todo el último cuarto y encontró a sus compañeros con insistencia, dando hasta 4 potenciales asistencias en los últimos 3 minutos que se convirtieron en fallos constantes. Al final, 7 de 20 en tiros de campo en el último cuarto, con 2 de 12 en triples, 8 de ellos fallados de forma consecutiva. El último, uno más, fue de Maxi Kleber, en una jugada que potenció un Doncic perfecto cada vez que recibía dobles ayudas. Ni el alemán ni Reggie Bullock, este de dos, consiguieron concretar. Y la balanza se inclinó del lado local.

El equipo texano, que llevaba 14 de 26 en triples antes de iniciar el último cuarto, naufragó de forma merecida a pesar del buen hacer de la estrella. En los Mavs hubo hasta seis jugadores por encima de la decena de puntos, aunque pesaron mucho los 18 balones perdidos y la apatía con la que dejaron a sus rivales meterse en el partido para luego ser incapaces de cerrar el mismo. Los Magic, por su parte, mostraron una inopinada capacidad colectiva, con hasta siete jugadores en dobles dígitos, un gran 14+14 de Wendell Carter Jr., 19 puntos de Chuma Okeke como máximo anotador y buenos minutos de Franz Wagner. Y también, claro, una extraña alegría en una temporada en la que los resultados extraños son el pan de cada día. Los Mavericks, que acechaban el cuarto puesto de los Jazz, se ven adelantados por los Nuggets de Nikola Jokic. Un cambio más en una clasificación que no para de fluctuar. Así están las cosas.