Los 'Splash Brothers' aplastan a Kyrie
Curry y Klay anotan 21 de los 32 puntos de los Warriors en el último cuarto y acaban con un Kyrie muy solo en el Chase Center.
Es un de los duelos de la presente temporada de la NBA. También son los rivales que pueden llegar a unas posibles Finales. Pero, de momento, ni ha sido lo primero ni parece que vaya a suceder lo segundo. Warriors y Nets se enfrentaron en el Chase Center en un duelo lleno de condicionantes, que incluyen las bajas de algunas de sus principales estrellas: Draymond Green para los locales y Kevin Durant y James Harden para los neoyorquinos. Una tónica convertida casi en tradición en tiempos de coronavirus, pero que nos deja sin pistas sobre lo que estos equipos podrían llegar a ser. No solo por los nombres de los que faltaron, también por el resto de bajas de dos plantillas que, saludables, están llenas de talento. Chris Chiozza, Moses Moody, Andre Iguodala, Quinndary Weatherspoon, Nemnja Bjelica y James Wiseman tampoco se pusieron la camiseta de los Warriors. Algo que, en sus rivales, no hicieron David Duke Jr., Joe Harris, Paul Millsap, Day'Ron Sharpe ni Jevon Carter. Lo dicho: sacar conclusiones se hace complicado.
A pesar de todo ello, vimos un buen partido en el Chase Center. Sin ninguna exhibición individual para la historia, pero con alternativas en el marcador, emoción, un final apretado y jugadas clave en los momentos oportunos. El resultado también supuso la cuarta derrota consecutiva de los Nets, que siguen sin un Durant que se perderá el All Star y no puede sostenerlo todo con las minutadas que se pegan Harden en casa y Kyrie fuera. En esta ocasión, solo fue el base el que jugó y casi acaba él solo con sus rivales: 32 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias, además de 3 robos. Pero 5 pérdidas, muchas dificultades al final, poco acompañamiento y un agotamiento paulatino a medida que pasaba el tiempo. Patty Mills (24 tantos con 6 de 12 en triples) volvió a ser el acompañante de lujo, pero más allá del base y algunos minutos de James Johnson (14 puntos) los Nets no funcionaron de ninguna manera.
Un triple de Johnson a inicios del último cuarto daba ventaja a los Nets (78-81) en un último cuarto que fue un toma y daca constante. Con 93 iguales, Curry anotaba un triple y Klay Thompson hacía lo propio en la jugada siguiente, para un 98-96 que era, con un minuto para el final, un 104-99. Ahí apretaron los Nets, que se pusieron a tiro de piedra (104-103), todas las opciones intactas y una defensa clave a 30 segundos para la conclusión. Pero la magia apareció: Klay le puso una pantalla a Curry, se fue hacia el otro lado, recibió del jugador franquicia y anotó un triple que provocó la explosión del Chase Center y el "bang" de Mike Breen. La representación máxima de los Splash Brothers llegó en el momento clave y permitió a la afición de Golden State volver a presumir del honor de ejercer el juego más cautivador del planeta. Un momento cumbre que Kyrie no pudo solventar a pesar de un espectacular triple posterior (107-106), en un duelo que los Warriors finiquitaron desde la personal (110-106).
El partido se resolvió de aquella manera, con alguna decisión arbitral cuestionable y una balanza que siempre se inclinó a favor de los Warriors. Pero los locales ganaron con 21 puntos de Curry y Klay en el último cuarto (de los 32 de su equipo) y buenas actuaciones de sus dos estrellas: 19 puntos, 7 rebotes, 8 asistencias, 3 robos y 5 pérdidas de Curry, que espabiló a tiempo; 16 tantos y 6 rebotes para Klay. Además, buena actuación de Kevon Looney bajo los tableros (6+15), buena defensa de Otto Porter Jr. (16+6, con 3 tapones), y un gran Andrew Wiggins, que sigue justificando, desde su extraordinaria discreción, su extraña titularidad en el All Star: 24 puntos, 8 rebotes, 2 asistencias, 3 robos y 2 tapones. Y todo, claro, a la espera de Draymond Green, que sigue sin volver y sin darnos pistas sobre su estado. Por ahí pasarán las posibilidades de los Warriors esta temporada. Evidentemente.