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SAN ANTONIO SPURS

La última oportunidad para Juancho Hernangómez

Juancho afronta su última oportunidad en un gran sitio: franquicia en reconstrucción, hueco en el puesto de ala-pívot y un entrenador histórico como Popovich.

Juancho Hernangómez afronta su última oportunidad en un gran sitio: franquicia en reconstrucción, hueco en el puesto de ala-pívot y un entrenador histórico como Gregg Popovich.
Angel MartinezGetty Images

Juancho busca su sitio en la NBA. El pequeño de los Hernangómez se encuentra en la misma situación que cuando llegó a la mejor Liga del mundo, en 2016, un año en el que recaló en Colorado para jugar a las órdenes de Mike Malone, que daba sus primeros pasos como entrenador de los Nuggets para liderar un proyecto que llegó a las finales de la Conferencia Oeste en 2020 y que cuenta hoy con uno de los mejores jugadores de la competición en sus filas, Nikola Jokic. En este proyecto ya no está Juancho, que nunca acabó de encontrar una regularidad y fue traspasado a los Timberwolves en su cuarta temporada en Denver. Un lugar donde parecía que iba a tener más minutos... pero donde tampoco terminaron de salir las cosas.

El ala-pívot (también puede jugar de alero) tuvo protagonismo en los Wolves en la temporada en la que fue traspasado, pero su papel se diluyó en el curso siguiente y el despido de Ryan Saunders abocó a la franquicia a una reconstrucción dentro de la reconstrucción eterna en la que se encuentra. Chris Finch quería ir en otra dirección y prefería a otro perfil de jugadores en esa posición, como Jarred Vanderbilt y Jaden McDaniels, para jugar al lado de Karl-Anthony Towns y apoyarle en el rebote y la defensa, algo que un cuatro abierto y con más lanzamiento como Juancho no hace de forma tan acusada. Al final, los Wolves, que también buscaban un base defensivo que se complementara con D'Angelo Russell, de perfil más ofensivo, le mandaron a los Grizzlies a cambio de Patrick Beverley. Unos días después, Juancho recalaba en los Celtics. Y, tras solo 18 partidos jugados y apenas 5 minutos por noche, llega a los Spurs.

El vendabal de movimientos parece que acaba, de momento, aquí, aunque hasta el 10 de febrero, fecha límite para los traspasos, puede acabar en otro sitio. Eso sí, a pesar de que algunas fuentes le sitúan de vuelta a Europa al concluir la temporada, está en un lugar en el que puede ser optimista y tener algún tipo de esperanza: los Spurs. Un lugar con una cultura concreta, que siempre ha tratado bien a la gente joven, por el que han pasado una infinidad de jugadores europeos y donde está un mito viviente como Gregg Popovich, uno de los mejores entrenadores de todos los tiempos y un ser legendario que sigue en los banquillos de la mejor Liga del mundo, algo que parece hacer de forma eterna.

Los Spurs no son lo que eran (5 anillos desde 1999 y 6 Finales, además de una perdurabilidad histórica), pero eso precisamente le puede venir a Juancho. Está con un entrenador que es un demostrado buen formador, en un equipo que tiene muy difícil, en principio, entrar en playoffs y que tiene ausencias en el interior (Jakob Poltl, Keldon Johnson...) que le pueden dar muchos minutos y quién sabe, si encontrar su sitio. El equipo texano tiene un rol con minutos en el puesto de ala-pívot, así que Juancho puede disponer de más oportunidades a partir de ahora. Las que nos está teniendo el veterano Thaddeus Young (que podría ser traspasado antes del cierre de mercado del 10 de febrero) y las que todavía no ha podido tener el lesionado Zach Collins, que ultima su regreso a las pistas. En 16-28, en la parte baja del Oeste y a dos partidos y medio del play-in, la primera necesidad del equipo texano es ir componiendo un buen bloque de futuro, no competir por estar en unos playoffs que llevan dos temporadas sin jugar después de no habérselos perdido desde 1997. Puede ser un buen sitio para Juancho. Veremos.