La temporada no está siendo precisamente un camino de rosas para los Lakers. Con lesiones constantes, una irregularidad muy grande en el juego y muchas más derrotas de las que se esperaban, la franquicia angelina ocupa el octavo puesto de la Conferencia Oeste con un récord de 22-22. La segunda parte de la temporada se va a hacer dura para un equipo que necesita seguir ganando y no puede reservar a nadie para los playoffs. LeBron James, en una versión sobrehumana con 37 años, promedia casi 29 puntos por partido y tiene que jugar muchos minutos para dar la victoria a su equipo. Anthony Davis sigue sin tener fecha de regreso. Y Russell Westbrook, un fichaje que todo el mundo pronosticó como negativo, ha sido tan negativo como se pronosticó. Dificultades en el juego interior (Dwight Howard está muy solo), llegadas que no han sido lo que prometían (Trevor Ariza) y algún que otro destello (Austin Reaves, Stanley Johnson) que brilla en una oscuridad que siempre se acaba imponiendo.

Todo esto ha provocado que los rumores en torno a la franquicia angelina se multipliquen. En etapas tempranas de la temporada ya se puso en evidencia que Westbrook no funcionaba, los finales de partido estaban muy mal gestionados y no cuadraba con LeBron. Sin embargo, y a pesar de que se haya rumoreado con su salida, es imposible que vaya a otro equipo antes del 10 de febrero, el día del cierre del mercado de fichajes. El contrato de 206 millones de dólares en 5 temporadas que firmó con los Thunder en la 2018-19 le reportará este curso 44 millones y otros 47 el siguiente, en el que a buen seguro ejercerá su player option. No parece que el base vaya a renunciar a ese dinero, lo que le hace prácticamente intraspasable: por un lado, hay muy pocos equios que puedan asumir ese contrato. Por otro, su reputación pende de un hilo y ninguna franquicia se ha interesado en sus servicios.

Entonces, ¿qué pueden hacer los Lakers en el mercado? Según Adrian Wojnarowski, poca cosa. Kendrick Nunn, una de las posibles piezas de traspaso, está lesionado y hay poco margen para hacer mucho más. Asumiendo que LeBron Y Davis no van a ir a ningún lado, que no es posible traspasar a Westbrook, que la ristra de veteranos no tiene ningún atractivo y que Howard no va a salir por necesidad en el juego interior, no se puede rascar demasiado. Quizá gente como Talen Horton-Tucker pueda entrar en algún movimiento para que Eric Gordon llegue a la franquicia (no es precisamente el perfil que necesitan los Lakers) y gente joven y trabajadora, que funcione en los dos lados de la pista (como Stanley Johnson, que se ha quedado tras empezar con un contrato de 10 días) y sea barata (¿Kenrich Williams, de los Thunder?), es de las mejores opciones que tienen los angelinos ahora mismo. Lo dicho, poca cosa.

La opción que se ha esfumado del todo en los últimos días (ya era prácticamente imposible de por sí) es la de Jerami Grant. El jugador de los Pistons ya ha filtrado que pedirá una extensión máxima con cualquier equipo al que vaya (112 millones por cuatro temporadas), algo que no pueden permitirse los Lakers. Rob Pelinka había planteado a los Pistons la posibilidad de mandar a Detroit a Horton-Tucker, Nunn y la primera ronda de 2027, pero la lesión de Nunn y las últimas noticias sobre los deseos de Grant han tumbado esta oferta, que tampoco entusiasmaba a los Pistons en demasía. Se pierde así del todo la posibilidad de hacerse con Grant, que demostró dotes extraordinarias en los Nuggets de la burbuja, funciona en los dos lados de la pista y está promediando 20,1 puntos, 4,8 rebotes y 2,6 asistencias este curso, aunque no juega desde el 12 de diciembre. Unas molestias físicas que provocaron que los Pistons cuidaran mucho a su figura, que no vale nada en el dique seco. Al fin y al cabo, ningún equipo quiere a un jugador lesionado.

Frank Vogel, en el punto de mira

Otra de las variables que tiene que resolver el equipo angelino es qué hacer con Frank Vogel. El entrenador está envuelto en rumores de despido desde que empezó la temporada, pero Jeannie Buss salió en su defensa y aseguró que no tomaría ninguna decisión hasta que la plantilla estuviese al completo y se pudiera ver cómo funcionaba todo en su conjunto. Eso no se ha dado todavía y la incógnita es si esta situación existirá en algún momento de una temporada que ha tenido a muchos jugadores que han llegado tarde a la rotación tras empezar el curso con molestias, y a otros que han caído poco después. Porque sí, lo que llevamos de campaña ha sido un desastre para los Lakers. Pero la mala suerte ha sido un factor prácticamente objetivo que se ha cebado con el conjunto angelino.

Los rumores que afectaban a Vogel se frenaron tras las palabras de la dueña de los Lakers, pero han vuelto a emerger en los últimos días. Algunas fuentes aseguran que los Lakers estuvieron muy cerca de despedirle tras la derrota por 37 puntos ante los Nuggets, mientras que otras aseguran que su puesto seguía muy cuestionado a pesar de la victoria ante los Jazz. Sin embargo, el técnico no termina de salir y Los Angeles Times ha asegurado que el despido es más que improbable. De momento, parece que el futuro del técnico que llevó a los Lakers al título en 2020 dependerá de cómo se den los próximos resultados y de la dinámica que lleve un equipo plagado de estrellas del presente y, sobre todo, del pasado, que está luchando ahora mismo por entrar en playoffs. Una situación en la que no se esperaban estar y que exige cambios. Pero que tiene poco margen de maniobra para grandes cambios. Al final, los Lakers tienen un enemigo por encima de todos: ellos mismos.