Los Lakers se libran del bochorno

Los Lakers no están bien. Y ni siquiera hay matices en esa frase. El equipo angelino tiene un récord positivo, sí (8-6), pero genera dudas constantes y todavía no ha encontrado una identidad o un esquema de juego que les defina. Van a tirones, a pequeñas rachas en las que mezclan momentos que no llegan a ser brillantes, con otros tantos realmente bochornosos. Y todavía no queda claro cuál es el papel de Russell Westbrook, cómo va a ser su compatibilidad con LeBron James o, en menor medida, Rajon Rondo, y de qué manera el equipo puede funcionar en los dos lados de la pista, más allá del talento individual que les ayuda a sacar partidos como el de hoy. Y jugaban contra unos Spurs en horas bajas que están cerca de decir adiós a cualquier opción de playoffs en una fase muy temprana del curso. Pero ni así, los angelinos lograron convencer.

No es para menos. Al fin y al cabo, tres de las seis derrotas de los Lakers en este tumultuoso inicio han sido contra los Thunder (por partida doble) y ante los Timberwolves. Y con actuaciones considerablemente cuestionables, desaprovechando ventajas muy grandes, haciendo gala de crisis enormes en defensa, pájaras antológicas en ataque y una descoordinación manifiesta. Frank Vogel ya dijo en rueda de prensa que no tenía las herramientas que necesitaba (¿dardo a Rob Pelinka?), Davis explotó tras la derrota ante los Wolves, el papel de Westbrook fue cuestionado antes incluso de que viajara de Washington a Los Angeles y los veteranos son muy veteranos. Carmelo es la única luz en la oscuridad, Trevor Ariza todavía no ha debutado y el estado físico de LeBron sigue preocupando sobremanera a un equipo que trata a su estrella con cautela. Y, mientras tanto, nadie se olvida de que en poco más de un mes, El Rey cumple 37 años. En esas estamos.

Ante los Spurs, se estuvo cerca de repetir el bochorno. Los Lakers, con un dominio brutal de un Anthony Davis sin oposición bajo los tableros (27 puntos al descanso, 34, con 15 rebotes y 6 asistencias a la conclusión), volaron siempre en ventajas que fueron en torno a los 10 puntos, pero se dejaron remontar de nuevo. O a punto estuvieron de hacerlo: un triple de Doug McDermott ponía el 105-103 con menos de tres minutos para el final y las alarmas volvían a saltar. Sin embargo, Vogel dio tranquilidad a los suyos y los angelinos salieron en trompa de ese tiempo muerto: canasta de Talen Horton-Tucker, triple de Carmelo Anthony y bandeja de Russell Westbrook. Con 112-103, los instantes finales eran para amarrar y así lo hicieron los Lakers, sin oposición ante un equipo sencillamente peor que de esa ya no se levantó. Y cuando casi lo hacen, fue más por el demérito rival que por otra cosa.

Westbrook, con alguna luz y muchas sombras, se fue a 14+11+7 y estuvo mejor que en otras ocasiones en la selección de tiro (3 de 5 en triples). Carmelo, titular esta vez, sumó 15 puntos y 5 rebotes, con 17 de un Horton-Tucker que sigue dando muestras de su consabido talento. Y dos buenas noticias para los Lakers, que también contaron con algún buen momento de Rajon Rondo (7 asistencias): los nombres propios de Malik Monk y Wayne Ellington. El primero, con colleja en los Hornets por parte de Michael Jordan, se fue a 16 tantos y alguna jugada bastante bonita. Ellington dio muestras de que, en su rol, puede ser fantástico, y se fue a 15 puntos con 5 de 6 en triples, desatascando el ataque cuando tocaba y desarrollando al máximo ese catch and shoot que explota en su función de microondas. Oficio y momentos buenos para todos, pero una imagen general que dista mucho de la que tiene que tener este equipo.

Y en los Spurs, papel digno pero temporada complicada. Se ponen 4-9, se hunden en la Conferencia Oeste y pronto, si siguen así, se van a ver relegados a tirar la temporada y seguir mirando al futuro. Una situación ligeramente triste para la previa de Gregg Popovich antes de su plan de jubilación. Tras cinco anillos y una de las mayores dinastías de la historia, su participación en los primeros años de una reconstrucción eternamente postergada serán las últimas proezas de su inacabable legado. Ante los Lakers, triple-doble de Dejounte Murray (22+10+10), buen partido de Keldon Johnson (24 puntos, con 6 de 9 en triples) y excelente versión de Thaddeus Young (17+9), que podría ser traspasado en febrero si las cosas siguen así. Todo ello, con 10 tantos de White y 19 de Vassell. Mucho donde elegir, pero nada con lo que quedarte si quieres aspirar a algo más que lo que están haciendo. Así está el tema. Gregg Popovich, preso de la añoranza, recuerda se tiempo pasado que fue mejor. Y los Lakers, de momento, no pueden vivir del presente. Eso es lo que hay ahora mismo. El resto, claro, ya lo veremos.