Ricky, de niño prodigio a tutor: "Tiene la inteligencia de un sabio"

Ricky Rubio afronta su temporada número 11 en la NBA con 31 años. Toda una vida en una Liga que devora carreras sin ningún tipo de miramientos: la media de estancia para un jugador es de 4,5 temporadas. Una voracidad de la que no se libra nadie, ni estrellas europeas ni números uno del draft. La NBA es una selva en la que el internacional español ha logrado sobrevivir a través de la adaptación tanto a su entorno como a la evolución del juego y de sus habilidades.

Porque el base no es el mismo niño precoz que aterrizó como una estrella de rock en Minnesota cuando contaba con solo 20 años desde el Barcelona. Ricky ya no es el jugador de highlights noche sí y noche también (aunque todavía logra colarse en algunos vídeos de consumo rápido), es un jugador más maduro, más estable, con un conocimiento del juego, de los espacios y del tiempo superdesarrollado. Honrado en los campeonatos internacionales con el MVP del último Mundial y dentro del mejor quinteto de los Juegos Olímpicos como el capitán de la Selección.

Y muy, muy respetado dentro de la NBA, aunque desde España se vean sus viajes de una franquicia a otro como una afrenta a su figura. Sin embargo, las organizaciones ven a Rubio como un mentor, un organizador de vestuarios y no por su firmeza con el resto de sus compañeros, sino por su mano como tutor de los jóvenes: en Utah, Donovan Mitchell; en Phoenix, Devin Booker y Deandre Ayton; en Minnesota, Anthony Edwards. Ninguno tiene malas palabras para él. Solo hay elogios.

“Ricky es un base titular de la NBA. No hay duda sobre eso. Está en la parte superior de bases de esta Liga. Tiene el coeficiente intelectual de un sabio. Tiene el enfoque de un maestro en el partido. Tiene una personalidad atractiva con la que gente quiere jugar con él. Hará que este equipo sea mejor. Dondequiera que va, la gente juega mejor. Si quieres llamarlo suplente, yo lo lamo otro titular”, subrayó JB Bickerstaff, su entrenador en Cleveland Cavaliers, al medio Cleveland.com.

Una superestrella internacional

Los Cavs son el cuarto equipo de Ricky en tan solo tres años. Desde su salida de Utah en el verano de 2019 como agente libre ha pasado por Phoenix Suns y Minnesota Timberwolves antes de aterrizar en este periodo estival en Ohio. Entre Arizona y los Wolves, el español tuvo un leve paso en Oklahoma City como parte del traspaso de Chris Paul de OKC a Phoenix.

“Lo consideramos una superestrella internacional. Ricky es realmente importante para nosotros en cómo vamos a dar un paso hacia adelante”, señaló en el mismo medio Koby Altman, mánager general de unos Cavs que quieren resurgir tras la salida de LeBron James en 2018 después de disputar cuatro Finales y conquistar el primera anillo de la historia para la franquicia.

Y, ¿cómo volver a ser grande? Con un núcleo esperanzador de jóvenes. Cleveland pone en pista en cada encuentro un quinteto muy joven, con Garland (22 años) y Sexton (23) a los mandos, y Allen (23) y Mobley (20 años para el próximo rookie del año) en la zona. Solo Markkanen, antes de entrar en los protocolos por la COVID, llegaba a los 24. Sin el finés, es Dean Wade el que ha cogido el testigo con 25 años. Y Rubio entra en la segunda unidad. Desde el banquillo para promediar 27,9 minutos sobre la pista. Inspira confianza y pone orden en el equipo revelación de la temporada con un balance de 7-4.

“Esperamos que Ricky sea el Ricky de la Selección española. Está jugando a un nivel alto y con una fe extrema. Se ha preparado física y mentalmente para tener el mejor año de su carrera. Queremos darle la oportunidad de hacer eso porque cuanto mejor juegue, más nos ayudará y mejor equipo seremos”, continuó Bickerstaff. “Esperamos que él lidere. Esperamos que sea agresivo en ataque y haga las jugadas correctas como él las hace. Luego, en defensa, que se comunique, que esté en los lugares correctos y nos ayude a en ese extremo también. Sabemos quién es Ricky. No estamos tratando de cambiarlo: queremos que juegue con esa libertad y sea la mejor versión de sí mismo”.

Ama el juego

“Ahora es un veterano de 10 años de experiencia. Un tipo que ha crecido mucho, que ha tenido un impacto en todos los lugares donde ha estado. Siguió mejorando, tuvo un verano increíble. Tener su presencia en este equipo, especialmente con los guard más jóvenes, es enorme. Es un profesional consumado. Es un tipo que ama el juego y la forma en que pasa es contagiosa. Tener a Ricky no podría ser mejor para nosotros”, dice Kevin Love, que conoce muy bien lo que es alimentarse a base de Rubio: en Minnesota hacían una pareja explosiva antes de que el ala-pívot aterrizará en Ohio con LeBron e Irving.

Impacto en el juego

“Nos organiza. Es muy bueno poniendo a la gente en su sitio y conduciendo el balón donde debe estar. Ricky ha sido una gran ayuda para nosotros. Entra y tiene un gran impacto en el juego de manera inmediata. Su presencia ahí fuera, ni siquiera tiene que anotar o tocar el balón, solo estar ahí fuera poniendo a la gente en la posición correcta”, alabó Garland, una de las grandes estrellas precoces de la franquicia.

Bickerstaff apuntó: “Es contagioso. Por eso los chicos corren. Por eso los chicos cortan. Saben que les va a entregar el balón. Eso es lo que ha hecho a lo largo de su carrera. Es uno de los mejores de la NBA lanzando el balón hacia adelante y ayudando a sus compañeros a conseguir canastas fáciles. Es uno de los mejores de la Liga en la lectura de defensa y en la búsqueda de los cortes de sus compañeros. Cuando tiene el balón en las manos, todo el mundo es una amenaza”. Así es Ricky Rubio, el genio de El Masnou, cuyos 13,7 puntos por partido es la máxima de su carrera. Sus 37 tantos contra New York Knicks de esta pasada madrugada dan muestras de cómo está viendo el aro. De como disfruta. Récord de siempre en la Liga. El español está en un gran momento