NBA | NEW YORK KNICKS 109-CLEVELAND CAVALIERS 126
Ricky Rubio, rey del Madison
El base español de Cleveland Cavaliers anota 37 puntos frente a New York Knicks, es la mayor anotación de su carrera en la NBA.
Un gran escenario para una superlativa actuación. Ricky Rubio llevó a cabo esta pasada madrugada en el mítico Madison Square Garden su mejor interpretación en su ya 11ª temporadas en la NBA. El internacional español, MVP del último Mundial y miembro del mejor quinteto en los Juegos Olímpicos, acabó en La Meca del baloncesto con 37 puntos, 3 rebotes y 10 asistencias en la victoria de Cleveland Cavaliers contra New York Knicks (109-126). Es su mayor anotación en sus 642 partidos en la Liga norteamericana. También lo fueron sus 13 canastas convertidas (de 19 intentos) y sus 8 triples conseguidos en una serie casi impoluto (9 lanzamientos). No falló desde el perímetro hasta que solo restaban 120 segundos para concluir un duelo que en esos momentos iba empaquetado hacia Ohio.
Nadie en la historia de la NBA había conseguido 30 o más puntos, 10 o más asistencias con 8 o más triples anotados saliendo desde el banquillo. Casi nada.
“Cuando el balón entra, parece que estás ejecutando las jugadas correctas. Pero no se trata de anotar. Se trata de tomar el camino correcto, ir por el camino correcto cada vez. Se trata de mejorar cada día un poco más y buscar el máximo rendimiento que todos podamos aportar al equipo”, aseguró en palabras recogidas por la ESPN Ricky Rubio, que deja en el olvido su anterior tope anotador: 34 tantos frente a San Antonio Spurs el 3 de febrero de 2018, cuando aún vestía la camiseta de Utah Jazz, la última (y única) franquicia con la que ha accedido a los playoffs por el título.
El viaje de Ricky
Porque el viaje de Rubio, de 31 años, por la NBA ha virado de forma considerable desde aquel verano de 2019 cuando se convirtió en agente libre. Era su momento. La oportunidad de elegir un futuro que parecía destinado a Indiana Pacers y acabó en Phoenix Suns, como tutor de un grupo joven y talentoso con Devin Booker y Deandre Ayton a la cabeza. Y con el que estuvo cerca de acceder a los playoffs tras una actuación colosal en el burbuja de Walt Disney en Orlando (Florida).
Ese papel, el de guía espiritual de las próximas generaciones, es el que se le ha asignado ya a Ricky. No es ni mejor ni peor que su anterior rol. Es el que es y lo hace a las mil maravillas… aunque eso le conduzca a estar en cuatro equipos diferentes en tres años: Utah, Phoenix, Minnesota y Cleveland. Y eso que no contamos su fugaz paso por Oklahoma City Thunder.
Quinteto joven y Mobley
Y en los Cavs es donde el base está dando otra lección de madurez y puro baloncesto en un proyecto emocionante y diferente. Y, sobre todo, con un techo de crecimiento imposible de imaginar. Cleveland, con un apasionante balance de 60-159 desde que se fue LeBron James a Los Angeles Lakers, asaltó el Madison con un quinteto titular en el que Dean Wade era el mayor con solo 24 años. Insultante juventud en un conjunto que comenzó en pista (siempre lo hace) con dos guards pequeños, el brillante Darius Garland y el eléctrico Collin Sexton; y dos gigantes: el incombustible Jarrett Allen y el próximo rookie del año, Evan Mobley. El novato, número 3 del pasado draft, es un 2,13 con un buena mano para el lanzamiento y buenos movimientos en el poste. Es rápido de pies y manos, veloz recuperando su sitio e inteligente a la hora de atacar el aro rival. Cualidades que le lanzaron en la Gran Manzana hasta los 26 puntos, 9 rebotes y 5 asistencias y que dieron a los de Ohio su 7º triunfo este curso en 11 partidos.
Los Cavaliers están asentados en los playoffs. Y durará lo que tenga que durar, pero por el camino ya han caído torres como Atlanta, Denver, Clippers, Charlotte, Portland, Toronto y, ahora, unos Knicks que aguantaron hasta los últimos minutos del último cuarto con Julius Randle (19), Derrick Rose (17) y Evan Fournier (15) de artilleros. Su balance tras la derrota, 6-4.