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Los Nuggets de Nikola Jokic, un proyecto en jaque por una lesión

El equipo de Colorado ha hecho una gran temporada, pero la lesión de Jamal Murray, cuyo retorno es una incógnita, pone en duda el futuro del proyecto.

Ezra ShawGetty Images

Las lesiones son una tónica en el deporte. Una desgracia que casi todos sufren, vistan el color que vistan, antes o después. Algo habitual, la cara más amarga que tienen que sufrir los profesionales. Y muchas veces, por desgracia, acaban prematuramente con carreras legendarias o finiquitan proyectos antes de tiempo. El recuerdo del telón de Aquiles de Kobe Bryant o los constantes desmanes que ha sufrido un genio como DeMarcus Cousins son algunos de los ejemplos más recientes. También el desgraciado declive de un ser tan amado como Isaiah Thomas o las pérdidas de los Warriors, con Klay Thompson a la cabeza, que han desmadejado un proyecto que ha cambiado el baloncesto y la historia y que llevaba tres títulos en cinco Finales, todas ellas consecutivas.

Claro que los Nuggets no son los Warriors. Están en otro momento del proyecto, uno que ya no es inicial y que se encontraba en un momento clave, en el del ascenso definitivo. Las semifinales de hace dos años se convirtieron en finales de Conferencia en la burbuja de Orlando, con dos remontadas históricas cuando iban 3-1 abajo, algo que nadie había conseguido jamás de forma consecutiva. Todo lo que han vivido los Nuggets en los últimos años emergía en este, prometedor, con Jamal Murray consolidado en la Liga y Nikola Jokic de cara definitiva de una franquicia que ni vivía semejantes éxitos desde hacía más de una década, con Carmelo Anthony de referente y George Karl en los banquillos. En definitiva, el equipo de Colorado tenía ante sí lo que todo el mundo siempre ansía: una oportunidad.

Todo se fue al traste el pasado 12 de abril. Una fea caída en la recta final de un partido de regular season contra los Warriors en el Chase Center hacía presagiar lo peor, y las pruebas médicas convirtieron la pesadilla en realidad: Jamal Murray se había roto el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda, una lesión gravísima que le dejaría fuera lo que restaba de esta temporada (que ya ha acabado para los Nuggets) y una buena parte de la que viene, en la que habrá que ver cuándo llega... y en qué condición física. La lesión desmadejó a la plantilla, cambió de forma obligada la rotación de Mike Malone y echaba al traste el objetivo de las Finales en unos playoffs más abiertos que nunca. Y llenaba de dudas el futuro más inmediato, un tiempo cercano que los Nuggtes iban a utilizar, teóricamente, para consolidarse, pero en el que ahora solo hay incertidumbre. Y ciertas dudas.

¿Cómo rodear a Jokic sin Murray?

Los Nuggets están en la siguiente situación: Nikola Jokic, flamante MVP de la temporada (26,4+10,8+8,3), tiene contrato garantizado hasta 2023, y se llevara, entre este año y los dos que vienen, más de 90 millones de dólares. Del resto de la plantilla, Paul Millsap y JaVale McGee acaban contrato, algo que supone un problema y, a la vez, un beneficio: por un lado, Millsap ha tenido momentos casi brillantes y la salida de ambos jugadores (el papel de McGee ha sido residual desde que llegó de los Cavaliers en el mercado de invierno) deja un hueco en la zona, donde los de Colorado necesitarán algún refuerzo. Por otro, tienen 33 y 36 años respectivamente, por lo que salen (si no hay oferta de renovación, especialmente en el caso de un Millsap muy querido por compañeros y afición) jugadores veteranos que daban experiencia pero que tienen las piernas cansadas y están lejos de su mejor momento baloncestístico. Les acompañará, salvo sorpresa, un Austin Rivers que es el otro miembro de la plantilla que acaba un contrato muy bajo (apenas 270 mil dólares), pero grandes actuaciones en la parte final del curso, especialmente en el tercer y el quinto partido de la serie ante los Blazers.

El problema es cómo rodear a Jokic, al menos hasta que Murray regrese. Y siempre con la duda de cómo volverá. Mike Malone es un entrenador al que le gusta tener a dos bases en pista, pero esa fórmula era mucho más efectiva con un Murray que puede subir el balón o salir de los bloqueos para desarrollar el catch and shoot y ceder así el balón a un Jokic que hace de todo. Tras la lesión, Marcus Morris y Facundo Campazzo coincidieron muchos minutos y esa fórmula funcionó contra los erráticos Blazers, pero no ante unos Suns con un poderoso Chris Paul y un escolta como Devin Booker, ya casi consolidado como estrella. Morris es el otro jugador que más tiempo tiene asegurado con la franquicia, al menos hasta 2023. Y con 25 años y más de 10 puntos por partido esta temporada, estamos hablando de un hombre que va a entrar en los planes de Malone.

En el resto, será el año que viene cuando los Nuggets se enfrenten a problemas contractuales. Ahí acaban contrato Aaron Gordon, Will Barton (que este curso tiene player option), Facundo Campazzo, JaMychal Green (gran temporada la suya), Michael Porter Jr. (otra pieza importantísima y que sigue progresando) y Bol Bol. Lo más probable, es que Denver se centre en salvar la próxima campaña explotando al máximo a Jokic y tirando de lo que tiene, mientras espera a un Jamal Murray y ve cuál es su nivel real en el retorno y si representa el mismo jugador que estaba promediando más de 21 puntos (tope de su carrera), 4 rebotes y 4,8 asistencias antes de lesionarse. Y, en función de eso, decidir cuál es el mejor rumbo a seguir (Murray, con 169 millones garantizados hasta 2023, va a ser difícil de traspasar si se diera el caso y no volviera como es debido) y cómo rodear a Jokic de la mejor manera posible. Y todo ello, para intentar algo que podrían haber conseguido este año con todos sus efectivos (de los condicionantes no se vive) y que es el objetivo último de cualquier proyecto: ganar.

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