NBA | TIMBERWOLVES 114 - BLAZERS 112

Ricky lidera, Edwards explota y los Wolves sobreviven a Lillard

El base español tiró mal, pero finalizó con 15+5+7. Anthony Edwards, con 34 puntos, fue el mejor. Lillard se fue a 38, pero no pudo con los Timberwolves.

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Los Timberwolves se juegan poco o nada. Una ronda alta en el draft, el intento desesperado de no ser el peor equipo de la NBA (puesto que ahora mismo ocupan) y una mirada a un futuro al que llevan viendo de lejos desde que, en 2004, pisaran las finales del Oeste con Kevin Garnett de estrella. Desde entonces, solo han regresado a los playoffs una vez, en la 2017-18, y la palabra reconstrucción, iniciada en 2007 con la salida del ala-pívot, acompaña de manera casi eterna (o eso parece) a una franquicia que no es capaz de dar los pasos en la dirección correcta, ya sea con victorias o con ligeros mimbres que invitan al optimismo. Nada de eso hay en Minnesota, una ciudad huérfana de baloncesto desde que Garnett puso rumbo a los Celtics (y a la gloria), que no es capaz de conectar con unos jugadores que ahora ven solo por televisión (el coronavirus y sus cosas) y que no ve por ningún lado un proyecto sólido que realmente pueda invitar a un ligero optimismo. Todo son penas para el peor equipo de la NBA, el único que no ha llegado a las 10 victorias (lleva nueve, uno menos que los Pistons, los peores del Este) y, junto a los Rockets, el único del Oeste que está fuera de la encarnizada lucha por los playoffs. Eso sí, de vez en cuando una alegría pueden darse, como bien han descubierto los Blazers.

El equipo liderado por Damian Lillard ha naufragado de una manera tan inopinada como merecida en Minneapolis. Lo ha hecho por relajamiento, errores en momentos clave y, sobre todo, porque los Timberwolves han sido mejores. En uno de esos partidos en los que parece que hay algo que rascar, el equipo que ya no dirige Ryan Saunders (desde antes del All Star), y sí Chris Finch ha cuajado una gran actuación, sostenida por el poderío reboteador, la aportación colectiva (hasta seis jugadores superaron la decena de puntos) y, claro, la exhibición de un Anthony Edwards que está demostrando por qué fue elegido en el número 1 del draft. El novato promedia más de 15 puntos, 4 rebotes y 2 asistencias esta temporada y hay quién dice que va a tener complicado hacerse con el Rookie del Año (el hype de LaMelo Ball y de sus Hornets es extremadamente alto), pero demostró ante los Blazers que motivos para ello tiene: 34 puntos con una serie de lanzamiento espectacular (12 de 24 en tiros de campo, incluido 6 de 14 en triples y 4 de 4 en tiros libres) y una cantidad de recursos ofensivos casi ilimitados, además de 4 rebotes, 2 asistencias y 1 robo, por solo 2 pérdidas. Una actuación que redondeó con 13 puntos en el último cuarto que aseguraron una victoria que fue más holgada de lo que demuestra el marcador.

El marcador cambió de líder hasta en cinco ocasiones y hubo hasta ocho empates, pero el final estuvo dominado por unos Wolves que sobrevivieron a la sangría anotadora del último periodo (38-40 de parcial) y prevalecieron, con una capacidad para cerrar el partido ignota hasta entonces. Los locales empezaron tan solo cuatro arriba los últimos 12 minutos, pero cinco puntos seguidos de Jaylen Nowell daban una ventaja que mantendrían y gestionarían durante el resto del duelo, son muchos fallos del equipo de Terry Stotts en la mansalva de triples que lanzaron al final, en un desesperado intento de rascar una victoria que no fue tal. Ricky Rubio anotó hasta 8 puntos en este periodo, todos desde la personal para cerrar un duelo en el que Damian Lillard volvió a exhibirse: 38 puntos, 14 de ellos en el último cuarto, 12 de 21 en tiros de campo, 6 de 13 en triples y 8 de 9 desde la línea de personal, con 7 rebotes y 4 asistencias. El base, ya lo ha demostrado, se mueve en otro nivel, y ya roza los 30 puntos de promedio a los que llegó el año pasado mientras es ignorado para un MVP que, presumiblemente, contará con otros pretendientes, pero al que bien podría optar, por números y talento, el base de Oregón.

Del resto, poco más. El bache en el camino es pequeño para los Blazers, que han ganado lo suficiente como para permitirse este tipo de derrotas, que casi siempre llegan en regular season. Los de Terry Stotts están 22-16 con unos números defensivos ignominiosos y algunas estadísticas generales pésimas, pero liderados por Lillard rascan victorias y están en la sexta posición de la ultracompetitiva Conferencia Oeste, con 1,5 partidos de margen sobre el séptimo y el octavo (mucho no se pueden relajar), que disputarán el play-in. Gary Trent Jr. sumó 21 tantos, mientras que Carmelo Anthony, en un gran momento de forma (undécimo en la tabla de máximo anotadores desde el otro día, cuando adelantó a Hakemm Olajuwon), se fue a 16. Esta vez Enes Kanter no fue un elemento diferenciador (11 rebotes, pero sólo 4 puntos), en parte por la defensa de Karl-Anthony Towns, que sumó 7 pérdidas y no tuvo números espectaculares (13+8+8), pero disputó 40 minutos y fue el sostén espiritual y moral de los suyos. Los Wolves son un desastre, pero se han dado una buena alegría. Que nunca está de más.