NBA | THUNDER 128 - GRIZZLIES 122
Los Thunder se unen a la fiesta
El equipo de Oklahoma, en plena reconstrucción, derrota a los Grizzlies y se mete de lleno en la encarnizada lucha del Oeste. Gilgeous-Alexander, con 30 puntos, el mejor.
Ya están todos. O casi todos, ya que el desastre de los Timberwolves y una mala racha que se eterniza en Houston deja a esas dos franquicias fuera de una lucha, la de los playoffs, que sigue con 13 integrantes para sólo ocho puestos. El play-in dará una última bala a dos equipos más, pero la ristra de candidatos sigue siendo enorme para un espacio tan reducido. Y en esa batalla, encarnizada desde la primera jornada, se asoman unos Thunder que han ganado a un rival directo como Memphis y se sitúan a cuatro victorias de los playoffs. Pueden parecer muchas, pero ahí estaban los Rockets hace un mes y desde entonces han sumado 15 derrotas consecutivas que les han dejado sin opciones. Una mala racha, o alguna muy buena, puede dar una oportunidad que tiene menos probabilidades de cumplirse en OKC o en los Grizzlies. Y menos todavía Pelicans y Kings, que no terminan de dar con la tecla. Una concatenación de malos partidos por parte de cualquiera de estos cuatro equipos clarificaría la lucha a favor de Spurs, Mavs, Warriors... pero la realidad es que, play-in mediante, las posibilidades aumentan y se ve más cerca la oportunidad de jugar los playoffs con esa previa que la NBA adoptó para mayor justicia en la burbuja de Orlando y ha querido seguir poniendo en práctica.
El partido entre rivales directos tuvo dos partes bien diferenciadas: los tres primeros cuartos y el último. En la primera, los Grizzlies fueron los dominadores, sin prisa pero sin pausa, con una ausencia notable de grandes ventajas pero asemejándose a un martillo pilón que nunca para de castigar a su rival, con un muy buen hacer desde la corta distancia, buscando siempre sus posibilidades en la zona y lanzando tan sólo, en todo el choque, 22 triples (solo anotaron siete), una cifra realmente baja para el baloncesto actual. Se fueron por delante en el primer cuarto (28-31), aumentaron su ventaja al descanso (55-62), y mandaban por dos dígitos con 12 minutos por delante: 90-100. Y ahí, se hundieron estrepitosamente para perder un partido que habían trabajado de forma excelente y que tenían encarrilado, pero no pudieron cerrar.
El último periodo fue una travesía en el desierto para Memphis. Empezaron recibiendo un parcial de 14-4 que empataba el partido a 104, se quedaron sin energías y vieron como el rival les pasaba por encima sin tener ningún tipo de capacidad de reacción. La catástrofe se fraguó con solo siete tiros de campo anotados (en 22 intentos), un pobre 1 de 6 en triples, y solo 6 rebotes y 4 asistencias, por 16 y 8 de los locales, que perdieron 6 balones que tampoco pudieron aprovechar los de Taylor Jenkins. En esos minutos, Shai Gilgeous-Alexander anotó 9 tantos, atrapó 2 rebotes y repartió 1 asistencia; en todo el partido, sus estadísticas fueron de 30+4+5. Y sus promedios esta temporada son de 23,5+5+6,2, suficientes para ir a un All Star al que no ha sido seleccionado porque, como en la Conferencia Oeste, no hay hueco para todos. Un jugador de futuro que lidera a su equipo a una machada improbable y que entrena un hombre también con margen de mejora, el debutante Mark Daigneault. Pero que descubrió, recordemos, Doc Rivers en los Clippers.
En el resto, poca cosa. Ja Morant se fue a 22 puntos y 7 asistencias, pero no fue la solución para su equipo y acabó el último cuarto, en el que asumió mucho, con solo 2 aciertos en 7 intentos. Jonas Valanciunas castigó con rotundidad la zona y se fue a 16 tantos con 14 rebotes, mientras que Dillon Brooks se fue a 19, pero con 2 de 7 en triples. Los Grizzlies siguen vivos, le sacan dos victorias a unos Thunder a los que podrían haber enviado muy atrás (oportunidad perdida) y acechan a unos puestos de playoffs que se les escaparon de milagro (lo del play-in no les gustó demasiado) y que aspiran a conseguir por primera vez desde la salida de Marc Gasol y Mike Conley, los últimos vestigios del añorado Grit and Grind. Y los Thunder, sin nada que perder pero mucho que ganar, ven de lejos lo que sería un éxito sin paliativos, pero sin la presión ni la necesidad de vivir con tanto estrés el presente. Por eso tienen ante ellos, claro, un futuro lleno de promesas. Y de rondas del draft. Sam Presi se encargó de ello.