NBA | MAVERICKS 134 - WARRIORS 132

Duelo colosal: Luka Doncic (42) puede con un Curry divino (57)

Memorable exhibición de Doncic y un Curry que anotó 11 triples y mantuvo con vida a los Warriors hasta la última posesión. Triunfo final muy necesario para los Mavericks.

Cada vez que tiraba, pensaba que la iba a meter, es increíble”, dijo Luka Doncic (de Stephen Curry, claro) después de un duelo increíble entre dos guards que (con permiso de Damian Lillard) pueden ser el backcourt titular del Oeste si, como parece, la NBA se empeña en tener su All Star Game (Atlanta, 7 de marzo, muchas críticas públicas entre los jugadores). Acababa de terminar uno de los duelos individuales más impresionantes, divertidos y eléctricos de lo que va de temporada. Uno que se saldó con 42 puntos, 7 rebotes y 11 asistencias de Doncic, que igualó su tope anotador en Regular Season (en los playoffs de la burbuja llegó a 43) y sumó un 7/12 en triples. Y uno en el que Stephen Curry llegó a 57 puntos y 5 asistencias con un casi inexplicable 11/19 en triples.

Al descanso (72-64 para los Mavs), Doncic estaba en 21+5+5 y Curry en 30 puntos y 7 triples (41 y 10 todavía en el tercer cuarto, el récord de Klay Thompson de 14 muy a tiro). El espectáculo había sido de primera, después de que los Warriors convirtieran en el primer cuarto un 18-2 en un 35-31 total: 2 puntos en 5 minutos, 29 en los siete siguientes. Al final, y después de resistir varios tirones de los texanos, los Warriors llegaron muy vivos (de 118-108 a 121-118) a la resolución. Ahí Doncic anotó dos triples fundamentales, el segundo para poner un teóricamente decisivo 131-124 a 45 segundos del final. Pero Curry anotó 6 puntos en 17 segundos (131-130) y los Mavs necesitaron un último tiro para evitar que la bola definitiva fuera para un jugador en absoluto estado de gracia. Lo anotó (triple desde la esquina izquierda) Maxi Kleber tras asistencia de Doncic.

Así acabó (tras una canasta final de los Warriors) un duelo tremendo que era, en realidad, un partido que los Mavericks tenían que ganar. Segundo en 48 horas contra unos Warriors que habían arrasado en el primero (116-147), en el que habían metido en la batidora a un equipo que empieza a necesitar cualquier triunfo, llegue como llegue: ahora está en 10-14 por el 12-11 de los de San Francisco, que vieron como Kelly Oubre volvía a la tierra (14 puntos tras los 40 del jueves) y se aferraron, además de a Curry, a Bazemore (20 puntos), Wiggins (22) y un Draymond Green jugó uno de esos partidos 100% Draymond Green, con una línea estadística imposible: solo dos puntos sin una sola canasta en juego, 6 rebotes… y 15 asistencias, 6 robos y 4 tapones.

Los Mavericks han ido sumando a todos los que les había quitado el coronavirus, el último un Kleber que acabó con 16 puntos, 8 rebotes, 4 asistencias y 4 triples, incluido el decisivo. Richardson (17 puntos, otros 4 triple) también jugó uno de sus mejores partidos de lo que va de temporada (en ataque) y Porzingis acabó en 18+10 con más presencia interior que en otros encuentros contra unos Warriors, conviene recordarlo, ultra pequeños y en cuadro en las zonas (sin Wiseman, Looney, Paschall…).

Los Mavericks necesitaban ganar, y ganaron. Su defensa sigue sin ser fiable y acabaron llegando a un final en el alambre en un partido en el que fueron mejores, estaban muy necesitados y jugaban ante un rival mermado. No es para hacer una fiesta pero, bien mirado, ganaron y sobrevivieron a una noche increíble de Curry, una de esas para un jugador que lleva 16 partidos de al menos 10 triples. Nadie más en la NBA ha sumado más de 5 (Klay Thompson, su compañero lesionado). Más: los Warriors no perdían desde 2015 (14-0 hasta esta noche) si Curry anotaba al menos 45 puntos. Pero el base, claro, está peor acompañado en esta temporada, más ahora con las bajas de unos Warriors que cayeron ante estos Mavs que no reciben el alta médica... pero ganaron. Que, tal y como están las cosas, no es poco. Y lo hicieron, como no, guiados por Luka Doncic.

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