HOUSTON ROCKETS

Oladipo le hizo un funeral a su rodilla: "Fue bueno mentalmente"

El jugador, cuando todavía estaba en los Pacers, pidió a un pastor que oficiara un funeral por su maltrecha rodilla derecha. Cree que le ha funcionado.

Raj Mehta

En los Rockets el escolta Victor Oladipo intenta recuperar el tiempo perdido. De estar a nivel de ir al All-Star a pasar un martirio por culpa de una lesión. Una rotura en un tendón conectado con la rodilla derecha acabó con él en el momento en el que más brillaba, siendo el líder de unos Pacers que tenían una plantilla muy compensada donde él marcaba las diferencias. Esto fue en enero de 2019. Tardó más de un año en volver y, antes de la pandemia que estalló en 2020, se notó que no era el mismo. No sólo por los números, las sensaciones en un jugador que conjugaba tan bien el físico con la técnica no eran positivas. Una vez acabada la temporada pasada, con el equipo pensando en traspasarle porque el proyecto había tomado otro rumbo (Bjorkgren por McMillan, él como agente libre al terminar la nueva campaña y Sabonis establecido como nueva estrella), tenía que quitarse un peso de encima. La lesión le estaba matando por dentro y decidió, antes de que llegara 2021, de hacer algo al respecto. Para ahuyentar los malos pensamientos decidió hacer un funeral.

Victor Oladipo, según admite a Eric Woodyard (ESPN), pidió ayuda para hacer una ceremonia con la que ilustrara que la lesión, que le ha machacado durante casi dos años, era algo pretérito. Acudió a Eric Thomas, un pastor que está ejerciendo también como motivador de algunas estrellas de la NBA entre las que, además de Oladipo, están Chris Paul, Andre Drummond, Josh Okogie o Zion Williamson. Quedaron en hacer un acto para conmemorar el final de sus grandes molestias en la rodilla y lo realizaron por Zoom, no en persona, por las restricciones en Estados Unidos por el COVID-19. A su vivienda de Indiana llegó el aliento que pedía.

El funeral por la rodilla consistió en la escritura de una carta en la que hablaba sobre la difícil lesión y en la quema, posteriormente, de la misma. El rezo del pastor dio por concluido este curioso acto.

"Me estaba sintiendo bien, pero mi mente está hecha para protegerme y me hacía dudar de mi pierna. Había creado un hábito. Quemar mi lesión y hacerme creer que estaba curado, que soy más fuerte que nunca, me dio la fuerza para salir a la cancha y pensar de verdad que no había ningún problema con la pierna. Para mí ha sido importante, sobre todo a nivel mental", aseguró tras haber completado el proceso.

"Entierro lo relacionado con mi cuádriceps. Entierro y suelto todo. Estoy dejando ir este desgarro y la lesión posterior. Estoy dejando ir toda la negatividad que rodea el hecho de que soy una de las personas que han tenido esta lesión. Estoy dejando ir lo de 'mi rodilla podría no ser lo suficientemente fuerte para hacer todo lo que quiero hacer en una cancha de baloncesto'. Dejo fuera la esperanza de que mi rodilla sea lo suficientemente fuerte para poder jugar el All-Star", escribió en su carta.

La salida de James Harden de Houston le ha abierto, gracias a un traspaso, las puertas de la ciudad texana, donde convivirá con otros jugadorazos que han pasado lesiones complicadas (John Wall, Eric Gordon o DeMarcus Cousins) y tendrá la oportunidad de regresar al nivel de hace cuatro años.